Pese a que su principal objetivo es facilitarle a los ciudadanos el acceso a diferentes programas sociales. La Subsecretaría de Promoción Social “no hace diagnósticos socio comunitarios que permitan elaborar otras iniciativas orientados a atender de manera adecuada las demandas de los vecinos”, fallando así en una de sus finalidades según detectó la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA).


Otra de las falencias que detectó el organismo de control en torno a la labor de los Servicios Sociales Zonales (SSZ) es “la falta de descentralización del personal de los distintos Programas, lo que limita la capacidad de respuesta y solución”. De hecho, el objetivo de “la Ventanilla Única” es distribuir al personal de los distintos Programas en las diferentes comunas para evitar que los ciudadanos tengan que ir de una oficina a otra en diferentes puntos de la Ciudad. Pero la AGCBA se encontró con que de los cinco centros que visitó solo en uno había un delegado de la Dirección General de la Mujer, en dos había gente del Centro Integral de la Mujer, en uno solo había un representante de la Dirección General de la Ciudadanía y también solo en uno de los cinco había alguien del Programa de Adicciones.

El informe también señala que “la falta de trabajadores sociales en cada uno de los SSZ afecta el desarrollo de cada sede”. Los auditores mantuvieron entrevistas con las coordinadoras, quienes expresaron que existe “una disminución de recursos humanos que dificulta realizar acciones de seguimiento y lograr un trabajo conjunto con las ONGs”. De hecho, renunció el 20% de las Trabajadoras Sociales.

La auditoría porteña manifestó, por otro lado, que “falta que los programas le informen de manera inmediata a los SSZ sobre los trámites iniciados, dado que obstaculiza así la respuesta al vecino”. Además, observó que “el sistema de información carece de un adecuado control interno de datos”. Sobre este tema, la AGCBA ejemplificó en su informe, aprobado este año, que “del total de atenciones computadas durante el 2010 no se puede saber cuántas consultas pertenecen a la misma persona”, lo que “dificulta la confección de una estadística real que permita colaborar con el diseño de políticas públicas del gobierno de la Ciudad”.