Pese a que la Autoridad Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) recibió un préstamo del Banco Mundial para mejorar su organización interna, incorporar personal y crear una oficina de acceso a la información, “aún no consolidó su institucionalización, no realizó una discriminación de funciones”, ni sistematizó los datos que surgen de su labor. Así lo expresa un informe de la Auditoría General de la Nación (AGN) en relación a las deficiencias detectadas en los componentes que conforman el Plan Integral de Saneamiento Ambiental (PISA).

El informe, aprobado este año sobre datos de noviembre de 2006 a mayo de 2009, dice que “no hay un sistema de información sistematizado ni completo que permita organizar el acceso a la documentación de la gestión” de la ACUMAR.

Además, aunque por sentencia de la Corte Suprema de Justicia, la Autoridad de Cuenca debía llevar a cabo un sistema de información pública digital con datos sobre los avances en “mejora de la calidad de vida de los habitantes de la cuenca, recomponer el ambiente y prevenir daños”, denominado sistema SICUENCA, aún “no implementó” el programa informático.

Asignaciones presupuestarias

La AGN sostiene que el ente “no tiene asignadas partidas presupuestarias propias”, y que para su funcionamiento “depende de los recursos de la Presidencia -a través de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable SAyDS- y de los aportes de otras jurisdicciones”. Según el organismo de control, “en la práctica, ACUMAR es un apéndice de la Secretaría de Ambiente”.

Por eso, detalla la Auditoría, se firmaron acuerdos con los municipios involucrados en la cuenca para brindar apoyo financiero a través de convenios que varían entre los $ 200 mil y los $ 800 mil, pero el organismo “no informó ni declaró cuáles son los fondos que destinó cada jurisdicción en 2007 y 2008”, ni cuáles “destinarán en 2009 y 2010”. A esto se suma, que el fondo de compensación ambiental, creado por Ley para que sea administrado por ACUMAR, “aún no se constituyó”.

Contaminación

La Secretaría de Ambiente relevó un total de “4103 empresas que afectan la Cuenca”, y también indicó a “50 industrias como las responsables del 95% de la contaminación orgánica”, que vierten líquidos contaminantes al Riachuelo. Sin embargo, en cuanto al componente control ambiental, el informe afirma que no se utilizan los recursos humanos ni materiales “en la cantidad adecuada” para controlar la contaminación. A su vez, agrega que la ACUMAR “aún no determinó las sustancias contaminantes de las fuentes de contaminación de origen industrial”.

En tanto, en relación a la Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (GRISU), el informe destacó que “no está completa la identificación y caracterización de basurales y sitios contaminados de la cuenca”, ni tampoco un “plan integral de remediación de sitios contaminados”.

Salud de los habitantes cercanos a la Cuenca

Por último, la Auditoría de la Nación explicó que, en cuanto al componente Salud -cuyo objetivo es minimizar los riesgos para de las personas expuestas a contaminantes biológicos y químicos del Riachuelo, “no se incorporó en los Centros de Atención Primaria una persona capacitada en la gestión y contenidos de salud ambiental, no se articuló una red de efectores de salud involucrados, no se elaboraron protocolos de accesibilidad y cobertura”, como tampoco se incrementó el número de Unidades Sanitarias Ambientales, ni se ejecutó el Plan Emergencia Sanitaria”.