Un informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) afirma que entre el personal de planta permanente del Hospital de Quemados no hay un neumonólogo, el médico especialista en las patologías de mayor complicación para los pacientes, las enfermedades respiratorias.

Una de las conclusiones del organismo de control es que, “a pesar de las dificultades que comparte” con otros centros de salud, el Hospital de Quemados “logra una atención de excelencia para los pacientes, y una contención adecuada para su grupo familiar”.

Entre esas “dificultades”, el trabajo, aprobado en 2009 sobre datos de 2007, destaca la falta de una unidad de terapia intensiva pediátrica. Cuando un caso se complica, y requiere de asistencia respiratoria, el paciente debe ser derivado mediante el SAME al Garrahan, desde donde el Hospital de Quemados también recibe chicos, pero sólo para cuidados intermedios.

En la sede de Pedro Goyena 369 tampoco hay un médico clínico de guardia y esa función la termina cubriendo el profesional de guardia de la terapia intensiva. Según la AGCBA, si un paciente requiere una consulta clínica fuera del horario de planta, el médico de terapia intensiva debe abandonar su unidad para cumplir el servicio.

Los pacientes del nosocomio necesitan de dos a cinco cambios de ropa por día, según la gravedad de su patología. Pero el organismo de control dice que por la “insuficiente cantidad de agentes destinados al sector” sólo se pueden hacer dos cambios diarios como máximo.

La falta de profesionales “en la mayoría de las especialidades, tanto clínicas como quirúrgicas”, genera que desde el Hospital de Quemados se requieran interconsultas a otros centros de salud por patologías asociadas o preexistentes, lo que provoca “demoras significativas para los pacientes”, añade a Auditoría porteña. Asimismo, sólo los análisis clínicos de rutina pueden hacerse en el hospital, mientras que para el resto –resonancia magnética nuclear y tomografía axial computada- se piden turnos a otros nosocomios.

También cuentan con pocos médicos en el área de rehabilitación. De hecho, el Hospital no tiene kinesiólogos de guardia y, por eso, un paciente no puede ser atendido después de las 16, hora en que deja de funcionar el departamento de esa especialidad.

En cuanto al estado edilicio del centro de salud, la AGCBA detectó que en el subsuelo no hay ventilación natural ni salidas de emergencia, pese a que allí funcionan la sala de máquinas, de anatomía patológica, esterilización y la morgue, que tampoco tiene gas natural ni agua corriente. La farmacia, en tanto, no dispone de agua caliente en los baños, se inunda y falta espacio físico para guardar insumos.

El informe añadió que en los consultorios externos no está disponible el aire acondicionado central, no se renueva el aire, ni hay suficiente espacio para depositar insumos y equipos.