En la Ciudad no existe un presupuesto para cirugías cardiovasculares de adultos
El dato surge de un trabajo de la Auditoría General porteña que, además, analizó el estado de los cinco hospitales capacitados para prestar el servicio y concluyó que los centros de salud no logran cubrir las demandas de los pacientes por los déficits que se registran en las instalaciones, el instrumental quirúrgico y el nombramiento de personal.
Un informe de la Auditoría General porteña (AGCBA) indicó que “no existe presupuesto de cirugía cardiovascular de adultos”, ni tampoco hay una planificación anual donde se expresen metas físicas o financieras que deban alcanzar los centros de salud de la Ciudad.
El organismo de control analizó los cinco hospitales generales de agudos donde se presta el servicio de cirugías cardiovasculares circulares y periféricas: Argerich, Durand, Fernández, Santojanni y Rivadavia. El estudio, aprobado en noviembre de 2008, señala que los centros no logran cubrir las demandas de los pacientes por los déficits que se registran en las instalaciones, el instrumental y el nombramiento del personal.
En el Argerich, por ejemplo, reciben pacientes derivados de los otros tres centros que están en condiciones de realizar cirugías centrales, el Santojanni, el Durand y el Fernández. Esto provoca que la demanda que ingresa de urgencia se superponga con las intervenciones programadas, que deben postergarse por falta de camas de recuperación. Según la AGCBA, al momento del informe el Hospital tenía “sólo un enfermero cada tres o cuatro camas”, cuando cada paciente requiere un enfermero permanente. Además, “hace 12 años” que el personal de profusión y asistencia circulatoria “trabaja sin designación, no cuenta con cobertura de ART, ni licencias reglamentarias y cobra sus haberes como suplencia de guardia”. En la sede hay 20 camas de internación destinadas a cuidados críticos que “resultan insuficientes para cubrir la demanda”, dijo la Auditoría, y añadió que “es frecuente” que los pacientes que van a ser intervenidos se internen para asegurarse una cama, aún sin tener fecha cierta de cirugía.
Por su parte, en el Hospital Durand las intervenciones centrales son siempre programadas porque “no hay personal suficiente para atender las urgencias”. De hecho, se realizan tres o cuatro operaciones programadas por semana y los profesionales del servicio son “insuficientes para que los dos quirófanos (que están disponibles sobre los cuatro que tiene el Hospital) funcionen simultáneamente”, detalló la AGCBA. La sala de recuperación cardiovascular del centro tiene cinco camas, de las cuales funcionan cuatro, aunque sólo dos cuentan con el equipamiento para monitoreo y las otras dos se usan como camas de internación común.
El Durand es el único Hospital que realiza intervenciones vasculares de urgencia, pero el equipo portátil de radiología que utiliza, conocido como arco en C, “es antiguo y no es específico para las cirugías, porque no graba imágenes o secuencias”, y hace más de un año que no tienen ecodopler. Asimismo, el centro de Caballito también es único por otra cuestión: es que la sala de recuperación está en el séptimo piso, al que sólo se puede acceder por escalera. Y, como el servicio no cuenta con personal administrativo, el Hospital no lleva un registro escrito de los pacientes que están en lista de espera.
La unidad de cirugía cardiovascular del Hospital Fernández fue conformada en mayo de 2005 y, según el organismo de control, sufrió “frecuentes suspensiones en sus prestaciones que se adjudican a la irregular situación contractual” de los cirujanos, ayudantes, anestesiólogos y técnicos de perfusión. En cuanto a los equipos del Fernández, la bomba de circulación extracorpórea que usan fue cedida por el Argerich, la consola de balón de contra pulsación aórtica está en comodato, hay una licitación en curso para contar con un intercambiador de calor y “existe una sola caja completa de instrumental delicado para cirugía coronaria”, puntualizó la Auditoría.
En el Hospital Santojanni, el servicio funciona “como grupo de trabajo” porque, según el organismo de control, no hay una estructura formal. De hecho, hay siete médicos nombrados para el área de recuperación cardiovascular que, sin embargo, no está habilitada por falta de enfermeros. Así, los pacientes se recuperan en la unidad coronaria “con la consecuente limitación de camas para ese sector”. Además, el instrumental quirúrgico fue aportado por los profesionales del equipo y no pertenecen al patrimonio del Santojanni.
Cuando la AGCBA cerró su informe, no se realizaban cirugías cardíacas en el Hospital Rivadavia “por falta de equipamiento”. Es que hace más de diez años que no tienen una bomba de circulación extracorpórea y, por otra parte, “se perdió la red eléctrica que suministraba energía en 380 watts para el funcionamiento de un angiógrafo, cedido por el Argerich, por errores ocurridos durante el desarrollo de obras de construcción”. Asimismo, la Auditoría agregó que “no tienen quirófano propio, los quirófanos centrales están muy deteriorados, faltan anestesistas”, y, aunque hay dos hemodinamistas, sólo pueden realizar guardias en terapia intensiva “hasta tanto se cuente con los recursos tecnológicos para su tarea específica”.