“Las demoras en las licitaciones no acompañan las necesidades de los hospitales”. Así concluyó su trabajo la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) tras detectar importantes retrasos en la adquisición de servicios como el de recolección y tratamiento de residuos patogénicos y en la provisión del servicio de ropa de cama, solo por nombrar algunos. En muchos casos la contratación directa fue la manera de tapar la falta de previsión.

Los auditores entendieron que “existiendo postergaciones en las fechas de apertura, cambios de integrantes en la comisión evaluadora y redeterminaciones de precios puede haber demoras en los procesos licitatorios pero es exagerado que se hayan extendido a los 860 y 1350 días”.

Puntualmente se refiere a un expediente en el que se tramitó la licitación por el Servicio de Gestión, Operación y Mantenimiento del Recurso Físico del Hospital Sardá, que incluía al predio, la infraestructura, obras civiles, instalaciones y equipos. La tardanza aquí “fue de 1353 días entre la primera fecha de apertura y la adjudicación”. 

Otro legajo, que contiene la misma contratación pero para el Hospital de Quemados “demoró 869 días en pasar de una instancia a otra”. 

A esto se suma que la infraestructura de los hospitales porteños “es inadecuada, obsoleta y con un mantenimiento insuficiente lo que impide brindar una atención de calidad y respetar el derecho a la salud”. 

El objetivo del organismo de control fue identificar las debilidades y áreas críticas en los contratos tercerizados del Sistema de Salud de la Ciudad de Buenos Aires. Se analizaron así los acuerdos efectuados entre distintas empresas y el Hospital de Oncología María Curie, el de Quemados, el Materno Infantil Ramón Sardá y el de Gastroenterología Udaondo.

Además de registrarse demoras en los llamados a licitación, una vez que éstos vencen el trámite sigue igual de engorroso. 

El informe, aprobado en noviembre de 2014, manifiesta que el Ministerio de Salud del Gobierno de la Ciudad "no realizó los nuevos llamados a licitación para cubrir el servicio de recolección, transporte y tratamiento de los residuos patogénicos antes del vencimiento de las prórrogas contractuales". 

Se deja en manifiesto que una vez vencido el contrato se extendió el plazo por el que se contrataron los servicios y aún después de este segundo vencimiento tuvo que pagarse a través de un "mecanismo de excepción, previsto en el Decreto 556/10". Es decir que "como los servicios se siguieron prestando se autorizó el pago, pero no hubo otra contratación".

Es importante señalar que en este caso "se llamó a una nueva convocatoria un mes después del vencimiento de la prórroga" lo que deja ver la falta de previsión. 

Algo similar ocurrió con el servicio de provisión de ropa de cama, lavado y planchado de la misma. En este caso el Ministerio "no realizó nuevos llamados a licitación por lo que "desde noviembre de 2012 hasta julio de 2013 no se sabe bajo qué modalidad contractual el prestador siguió brindando el servicio".

Sobre el mantenimiento de los equipos médicos en la maternidad Sardá los auditores “no pudieron establecer si de enero a abril de 2012 se brindó el servicio” teniendo en cuenta que la contratación directa tiene fecha 23 de mayo de ese año.