Todos los pronósticos indican que para 2020, la cantidad de personas en edad laboral (20 a 64 años) en Estonia disminuirá a solo 50.000 trabajadores. Del mismo modo, el número de ciudadanos mayores a 65 años crecerá en 24.000 para ese año y en más de 88.000 para el 2040.

Esto se debe a que el Gobierno no “satisface las necesidades de la sociedad” en materia económica y laboral, lo que lleva a que gran parte de la población emigre hacia otros lugares. 

“El Estado no tiene herramientas eficientes para detener la emigración”, por lo tanto, para poder disminuirla es necesario evaluar sus causas. 

Los ciudadanos estonios dejan el lugar de residencia y se establecen en otra región para alcanzar “un nivel de vida más alto con mejores condiciones de trabajo”. Por lo tanto, es necesario trabajar en “reformas internas generales” que mejoren la calidad de vida de los ciudadanos. 

El Tribunal de Cuentas de Estonia asegura que una manera de aumentar los ingresos y la productividad del país es “utilizando inteligentemente los conocimientos y habilidades” que pueden ofrecer los inmigrantes

La mayoría de las personas que se instalan en Estonia lo hacen por cuestiones académicas o familiares y son –principalmente- jóvenes. Tanto es así que en 2013 el 65% de los inmigrantes fueron menores de 35 años.

Una de las principales condiciones para integrar a los migrantes es generando la adecuada inserción laboral; sin embargo, hasta el momento el Estado “no puso atención” en este aspecto. Frente a esta situación, el organismo de control afirma que “los inmigrantes sin empleo representan un recurso sin explotar”. 

Otro punto que destacó la Auditoría es que los inmigrantes “reciben menos apoyo social que la población local”. 

Los extranjeros registrados como desempleados que recibieron beneficios -como seguros o ayudas por desempleo-, “fueron mucho menor que la proporción correspondiente de estonios”. Durante el periodo 2010-2013 “solo la tercera parte de los extranjeros obtuvo beneficios por desempleo”. 

“La capacidad del Estado de aceptar, adaptar e integrar a los inmigrantes es insuficiente”, concluyeron los auditores al certificar que hay “poca disponibilidad de información y servicios públicos en otros idiomas” y que “la preparación de las guarderías y escuelas tampoco es suficiente”. Estos factores hacen de Estonia un destino “menos atractivo” para los trabajadores cualificados.