“La mayor fortaleza de los Centros de Desarrollo Integral Infantil (CEDIs) es la calidad de los recursos humanos que en ellos trabajan”. Así concluyó la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) su informe que evalúa la prestación de servicios. Es que “en todos los lugares visitados se observó la dedicación, el compromiso y la responsabilidad de los docentes y del personal es en el cuidado diario de los niños”.

Los CEDIs son “espacios de prevención y atención integral de niños y niñas, desde los 45 días hasta el año, para el desarrollo de capacidades que favorezcan a la promoción, protección y garantía de sus derechos”. Para ello, se llevan adelante distintas actividades pedagógicas, de promoción de lectura, juego y desarrollo artístico, solo por mencionar algunas.

Otro punto positivo resaltado por los auditores es “el orden administrativo que existe en cada CEDI en cuanto al archivo y guardado de la documentación”, como por ejemplo, los legajos de los niños concurrentes. 

No obstante, señaló debilidades y falencias “más que significativas”, que si bien recaen en cuestiones ajenas a la Dirección General de Niñez y Adolescencia, son importantes remarcar “para que se tomen medidas correctivas”.

En la Ciudad existen 20 Centros de Desarrollo Infantil pero “no resulta suficiente como para albergar el total de la demanda de vacantes”. El informe explica que la lista de espera durante el 2013, año evaluado, “creció en un 184% en comparación con los lugares ofrecidos”.

Esta situación toma mayor relevancia si se tiene en cuenta que nueve de cada diez CEDIs auditados “tenían la posibilidad de expandir su infraestructura ya sea para agrandar las salas existentes o para construir nuevas” con el fin de darles un lugar a más niños.

Un tema recurrente en los informes que evalúan las prestaciones a niños y jóvenes es el servicio alimentario. Y esta, lamentablemente, no es la excepción.

En los CEDIs “no hay una contratación marco que regule la provisión de alimentos”. Esto además de “incumplir con la normativa vigente, impide efectuar un control integral sobre la calidad, el precio y las condiciones generales de la prestación” que se brinda desde el Ministerio de  Desarrollo Social.

De hecho, “en todos los Centros de la muestra se observó una inadecuada conservación de los alimentos en relación a las temperaturas de almacenamiento, recipientes utilizados, lavado de manos, guardado de latas abolladas y fechas de vencimiento”, solo por mencionar algunos.

En el 100% de los casos “tampoco se cumple con las condiciones edilicias previstas en el Código Alimentario Argentino en relación a la cocina, el comedor y el baño”. En dos de cada tres, “las temperaturas del catering no son las ideales para evitar que el alimento pierda sus condiciones de inocuidad” y en uno de cada tres “el servicio llega a un horario inadecuado por lo que la comida es sometida a varias temperaturas”.

A los niños se les brinda desayuno, almuerzo y merienda y la provisión está a cargo de las empresas Servicios Integrales de Alimentación S.A y Compañía Integral de Alimentos S.A.

Pero la contratación de ambas firmas fue a través de los decretos 556/2010 y 752/2010 que establecen mecanismos “para hacer frente a gastos de imprescindible necesidad que, por la rapidez con que deben llevarse a cabo, no pudieron ser gestionados a través de los procedimientos vigentes en materia de compras y contrataciones del Estado”. 

Recursos Humanos

La calidad el personal fue destacada como un punto sobresaliente por la Auditoría porteña. Pero, en el informe aprobado en abril de 2015, se destacaron algunos aspectos a mejorar.

En la mitad de los Centros no hay portero, cuatro de cada diez carece de psicólogos y el 80%, de psicopedagogo.

Sobre los psicólogos el auditado argumentó que “la carencia es consecuencia de jubilaciones y renuncias” mientras que, en relación a los psicopedagogos, “reconocieron la necesidad” y planean “cubrir las licencias y ausencias  durante el 2015”.

Sobre las capacitaciones del los niveles directivos, la AGCBA observó que “el 40% tiene título terciario y el restante 60% se divide en partes iguales entre los que tienen título primario, secundario y universitario”. 

En esta línea, para ser jefe de CEDI el personal debe ser docente titulado. Así la AGCBA se suma a la recomendación de la Asesoría General Tutelar de la Ciudad y a un informe propio anterior y recomienda “cumplir con lo dispuesto por la ley de Educación Nacional”.

Sobre los Asistentes de Primera Infancia, casi la mitad posee título secundario y otro 32% solo el primario. En este caso, también deben adecuarse a la normativa nacional y “garantizar la idoneidad del personal a cargo”. 

Por todo ello, los auditores consideran “oportuno que se implementen capacitaciones para los Asistentes, de un modo sistemático y con contenidos diseñados por profesionales capacitados para ello”. Además, agregan que sería recomendable que “las capacitaciones den algún tipo de certificado o titulación”.