La ración que debe recibir cada alumno está compuesta por 200 cm3 de líquido, leche o yogur, y una unidad de sólido, alfajor o barrita de cereal, entre otros. Sin embargo la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) descubrió que “la cantidad de productos que reciben las escuelas llega a cubrir entre el 72% y el 74% de la matrícula total de los 39 colegios auditados”.

Estos datos surgen del análisis que realizó el organismo de control sobre la Dirección General de Servicios a las Escuelas del Ministerio de Educación durante el 2013. Se destacó también que “en los desayunos hay un 29% más de componentes sólidos mientras que en la merienda ese número trepa al 19%”.

Para ponerlo en ejemplos, en la escuela primaria 15 del Distrito Escolar 17 hay 656 alumnos. Pese a ello “se le dieron 325 raciones de leche y yogur y 640 unidades de sólidos”. La pregunta es ¿deciden por sorteo o por piedra, papel o tijera quienes van a quedarse sin tomar líquido?

Durante 2013, la Dirección en cuestión “entregó 174.827 litros de productos lácteos en 1010 instituciones educativas”. De ese total, la Auditoría relevó 39.

La famosa licitación

El tema de la Licitación Pública es bastante recurrente en los informes del control. En este caso, la AGCBA observó “una demora en el inicio del trámite del llamado a licitación para la contratación y distribución de productos lácteos que originó la aprobación de gastos que van por fuera de las normas vigentes”.

El trámite para el llamado a Licitación Pública (LP) se inició en enero de 2013 aunque fue recién en abril de ese año que se convocó efectivamente para el día 25 del mismo mes, por un monto de casi $74 millones.

Cuando se abrieron las ofertas resultó haber un solo oferente: Mastellone Hnos. S.A. Para julio de ese año se agregó un informe señalando la diferencia entre el monto por el que se

llamó a la licitación y el que ofertó la empresa (casi $88 millones), señalando como causante a la “situación inflacionaria”.

Finalmente, con fecha 21 de octubre de 2013 se publicó un Decreto en el que se aprobaba la Licitación por un monto de $78 millones. Ese año el calendario escolar marcaba como final de clases el 17 de diciembre.

Las muestras

Según pudo constatar la AGCBA, “la Dirección General de Higiene y Seguridad Alimentaria tomó escasas muestras de los productos lácteos que están en las escuelas para ser consumidos por los niños”. Se relevaron 40 de 1010 escuelas, lo que hace un total de tan solo el 3,96%.

Cuando se le preguntó al ente auditado qué criterio utilizó para elegir esas instituciones la respuesta fue “que dependía de la disposición de un vehículo para el traslado de muestras y de dónde queden los establecimientos”.

Del muestreo se desprende que “se encontraron productos cuyas marcas no son del proveedor adjudicatario”. En el Jardín Maternal “Dientito de Leche”, por ejemplo, se encontró leche entera Verónica y Yogur La Suipachense cuando el ganador de la licitación fue Mastellone S.A.