Por la falta de personal especializado, la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) logra controlar 40 de las 53 terminales nacionales e internacionales del país. El dato trascendió desde la propia fuerza y figura en un informe de la Auditoría General de la Nación (AGN), aprobado este año sobre observaciones hechas entre agosto de 2007 y octubre de 2008.

La PSA fue creada en 2005, funciona bajo la órbita del Ministerio de Justicia, y es el equivalente actual de la Policía Aeronáutica Nacional (PAN), la fuerza que nació en 1977. Se trata de la autoridad superior responsable de la seguridad en el llamado Sistema Nacional Aeroportuario (SNA), conformado por 53 aeropuertos y aeródromos.

Según la Auditoría, el personal transferido desde la PAN, especializado en defensa territorial y de aeronaves, debió aprehender un nuevo concepto de seguridad, más relacionado con los aeropuertos. Así se creó el Instituto Superior de Seguridad Aeroportuaria, del que egresaron 136 agentes en 2006, y 100 un año después. La PSA reconoció que, con esa dotación, “las acciones policiales no pueden llevarse a cabo eficazmente”, y que tanto en el aeroparque metropolitano Jorge Newbery como en el aeropuerto internacional Ministro Pistarini de Ezeiza, “las operaciones se encuentran al límite de la posibilidad de ser realizadas”. Estas dos terminales son las que registran el mayor flujo de pasajeros, de aeronaves y, al mismo tiempo, de delitos (ver cuadro). Durante el período analizado por la AGN (2005-2007), los controles de la Policía “se han centralizado en los aeropuertos de Ezeiza y Aeroparque, quedando limitada la ejecución de operativos en el resto de los aeródromos del SNA”, dice el informe, y añade que esta “limitación requiere una evaluación de riesgo”.
 
Pero la escasa cantidad de agentes también afecta a otros aeropuertos. La misma PSA afirmó que en las terminales con mayor movimiento turístico, como Mar del Plata, Bariloche, El Calafate, Ushuaia, Córdoba, Mendoza o Iguazú, se “registran deficiencias de personal para atender los operativos de control, y los efectivos apenas permiten sostener las tareas diarias de rutina, lo que hace impracticable cubrir la totalidad del SNA”, reproduce el informe.

Las inspecciones, además, “no se realizan con la periodicidad que requieren”, sostiene la Auditoría. En la PSA rige el Programa Nacional de Seguridad Aeroportuaria - Edición 2001, un reglamento que establece los métodos de vigilancia que se deben aplicar en todas las terminales para determinar grados de vulnerabilidad ante actos de interferencia ilícita o tramitación de equipajes, por ejemplo, y sancionar los casos de incumplimiento. Según esta normativa, los controles deben hacerse “a intervalos frecuentes, no menos de una vez por año”. Pero la Policía informó que estos chequeos se practicaron sólo durante 2007 “y con alcance parcial, ya que no se inspeccionaron los aeropuertos y aeródromos que conforman la URSA I-Este”, con esta referencia se identifica a las unidades Ministro Pistarini (Ezeiza), Jorge Newbery (Aeroparque), Brigadier General Bartolomé de la Colina (Mar del Plata), y Comandante Espora (Bahía Blanca). No obstante, en agosto de 2008 se inició un proceso de actualización del reglamento vigente que, según la AGN, “se encuentra en su etapa final de elaboración”.

La Policía de Seguridad Aeroportuaria debe detectar delitos como narcotráfico, contrabando, falsificación de documentos, robo y hurto, flota y fauna, patrimonio, faltas y contravenciones, en un Sistema Nacional Aeroportuario de 53 terminales en todo el país. Mientras la AGN analizó a este organismo, el flujo de pasajeros en vuelos de cabotaje fue de 32,7 millones, y en los internacionales, ascendió a 24,4 millones.