Un informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) detectó que uno de cada tres subsidios entregados por el Estado porteño para financiar actividades culturales no fue rendido.

La investigación, aprobada este año, abordó el modo en que se administró el Fondo Metropolitano de la Cultura, las Artes y las Ciencias durante 2014, y para eso analizó una muestra de 62 subsidios, de los cuales en 21 casos no se presentó ninguna justificación de gastos (33,9%) y, de los 41 restantes, 27 cumplieron el trámite, aunque por fuera de los plazos previstos.

El organismo de control explicó que el Programa de Fomento Metropolitano de la Cultura tiene el objetivo de ayudar a personas físicas y jurídicas en la concreción y sostenimiento de sus proyectos, y que, en ese sentido, otorga subsidios tanto a artistas, como a quienes protejan el patrimonio, organicen encuentros y que incluso produzcan contenidos audiovisuales. 

El mecanismo, no obstante, se completa con la justificación de cómo fueron usados los recursos públicos. Dice el informe: “La normativa establece que la obligación de presentar la rendición debe cumplirse como máximo a 120 días de haberse percibido el subsidio”. Y añade un dato clave: “A las áreas encargadas del trámite les cabe la responsabilidad de reclamar su observación en tiempo y forma”.  

Es que, sobre este último punto, la AGCBA observó que, en el caso de los subsidios que quedaron sin rendir, “no hubo intimaciones formales ni informales” de parte del Estado porteño para que se cumplieran esos trámites.

Pero hay más: de aquellas 41 rendiciones presentadas, 28 no fueron aprobadas por las áreas correspondientes, que es -en rigor- el último paso del trámite en analizado por los auditores.

Por otra parte, esas dependencias estatales -que el informe llama áreas sustantivas-, también registran “demoras pronunciadas” a la hora de intervenir en los pedidos de subsidios: “Se estima que, en promedio, transcurren 154 días (desde la fecha límite para presentar proyectos) y la emisión de los dictámenes”, dice el informe.

El tiempo protagoniza otra observación de la investigación: “En 27 casos no se declara la fecha de ejecución del proyecto (a ser subsidiado), lo que impide establecer la validez temporal de los comprobantes en relación con el momento de realización (del evento)”, explica la Auditoría y agrega que, “sin perjuicio de lo expresado, se verifica para 13 de estos 27 casos, la rendición (de gastos) incluye comprobantes que exceden el rango posterior de 4 meses a partir de la fecha del depósito”.

Perlas
Las rendiciones de gastos se hacían mediante la presentación de comprobantes que justificaran el destino de los fondos entregados. 

Pues bien, para completar, el relevamiento enumera algunos hallazgos de las facturas que intervinieron en los procesos de subsidios a distintas iniciativas culturales. 

Por ejemplo, hubo 13 casos en los que “se constató que las rendiciones presentadas incluían comprobantes cuyos destinatario no se encontraba consignado”.

Hubo, además, otros dos expedientes que proponían -cada uno por su lado- a un proveedor “con carácter de exclusividad”; el tema fue que, en la rendición, las facturas estaban a nombre de otras personas.

También llamó la atención de la AGCBA la similitud que había entre dos expedientes. Dice el trabajo: “La estrecha relación entre los proyectos presentados, vinculados por medio de sus beneficiarios, objetivos en común, y el período de desarrollo, supone el otorgamiento de dos subsidios para una misma propuesta cultural, excediendo en un 100% el monto máximo a ser otorgado en la línea, al tomar las dos presentaciones en conjunto”.

Y, por si faltaba algo, el organismo de control remarcó otros dos casos. Por un lado, el de “una firma proveedora que se relaciona de manera directa con el beneficiario” del subsidio. ¿Cómo supo esto la Auditoría? Básicamente porque “el presidente del directorio de la firma que emite el comprobante, preside, a su vez, la sociedad que solicita el subsidio, de la cual, adicionalmente, es accionista”.

Por otro lado, tras analizar los comprobantes incluidos en otra rendición, se detectó que quien emitió las facturas “mantiene directa relación con el solicitante del subsidio a nivel conyugal y comercial”.