Según la Sindicatura General de la Nación (SIGEN), es necesario que la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA) “incremente los controles” sobre las compensaciones que otorga a los productores de lácteos, “mediante mayor número de inspecciones, como de verificaciones a través de otros organismos fiscalizadores”, que corroboren dónde se consumen los productos.

Es que el trabajo de auditoría encontró “dificultades para verificar las exportaciones (de lácteos) de las empresas compensadas” por medio de la información de otros organismos, como el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA)”, a fin de controlar que las mercaderías compensadas sean destinadas sólo al consumo interno.

En este sentido, el informe aclara que “no se utilizan los sistemas de dicho Servicio Nacional” sino que se realizan “controles de manera manual con documentación puesta a disposición por SENASA”.

Para obtener este subsidio, los productores de las actividades comprendidas por el Régimen de Compensaciones deben inscribirse en los registros de la ONCCA, presentando documentación mediante una declaración jurada que el ente  posteriormente debe corroborar.

La SIGEN analizó los expedientes de otorgamiento de compensaciones a la industria láctea y advirtió que “si bien la ONCCA realiza inspecciones a efecto de constatar lo declarado, no siempre surge de los expedientes la existencia de actas de inspección”, que verifiquen la efectiva ejecución de la revisión. “Tal circunstancia resulta preocupante”, dice la Sindicatura, teniendo en cuenta “la significatividad de los montos otorgados como compensaciones a partir de declaraciones juradas”, señala el informe, que analizó el período enero de 2007-julio de 2008, y que fue aprobado este año.

Además, se detectaron “deficiencias en la supervisión” de los documentos de inscripción. Esta situación se observó en dos casos donde la ONCCA intimaba a distintas empresas por la falta de requisitos, pese a que las firmas tenían sus trámites en regla, y por el pago de aranceles pendientes, “que se encontraban adjuntos” en los expedientes.
 
En cuanto al funcionamiento interno de la ONCCA, el Área de Compensaciones de lácteos lleva a cabo la “planilla de registro de productores tamberos”, “verifica el cumplimiento de los requisitos formales que el productor presenta para alcanzar la compensación y autoriza su pago”.  Para la SIGEN, este hecho “implica una posible falta control por oposición de intereses”.

Además, la Sindicatura señaló que, al momento del cierre de su trabajo, todavía no se había reglamentado el decreto 1067 de 2005 que creó la ONCCA, y que establecía una reglamentación dentro de los “60 días desde su entrada en vigencia”. Y añadió que la dependencia “carece de estructura organizativa formalmente aprobada”, lo que “afecta la operatoria de las áreas analizadas debilitando su control interno”.

Incluso, respecto a la “inexistencia de una Unidad de Auditoría Interna (UAI)”, la SIGEN considera que “la falta de una instancia de auditoría en los distintos ámbitos de la organización, y en especial, con respecto al otorgamiento de compensaciones, atento los significativos montos involucrados, representa un alto riesgo de control interno ante eventuales irregularidades o errores en los distintos procesos”. 

No obstante, el organismo de control reconoce que “si bien ciertas tareas indispensables (como el cierre de ejercicio y la cuenta de inversión) han quedado en cabeza de la UAI del Ministerio de Economía y Producción, no puede dejar de señalarse la necesidad de contar con una UAI propia” en la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario.