Salta: una comuna no impide que sus balances puedan adulterarse
Es San José de Cerrillos. Según el organismo de control, los estados contables de la Municipalidad no se encuadernan a fin de cada año, quedan sin número de folio y ni siquiera los firman. Así, la falta de “formalidades necesarias” permite que la información sea falseada o sustituida. Además no hay estadísticas sobre los gastos.
Un informe de la Auditoría General de la provincia de Salta (AGPS) reveló que una municipalidad no toma los recaudos necesarios para evitar que sus balances puedan ser adulterados.
Se trata de la localidad de San José de Cerrillos. Según el organismo de control, la comuna no encuaderna sus libros y estados contables a fin de cada año. Además, el material queda sin número de folio y ni siquiera tiene las firmas de los responsables.
Ante esto, la investigación alertó sobre la falta de “formalidades necesarias para evitar adulteración, falseamiento, sustitución o agregados” en esos papeles.
Por otra parte, en el texto se observó que el municipio “no elabora estadísticas sobre su evolución de gastos”, y que tampoco publica periódicamente el estado de sus recursos y desembolsos, “como lo establece la Carta Orgánica” que rige en Cerrillos.
Atado a este hallazgo, la AGPS añadió que “no se realizan arqueos sorpresivos de fondos ni recuentos físicos de bienes”.
Compras, contrataciones y obras
La Auditoría también señaló que “no se encuentran conformados los legajos de contrataciones”, tal como lo establece la Ley de Procedimientos Administrativos provincial.
Como ejemplo, los técnicos destacan el caso de la compra directa de un camión recolector de residuos, que costó $ 1.698.160, cuyo proveedor no figura en los registros comunales.
La Municipalidad certificó el 100% de una obra pese a que faltaba hacer un tercio de las veredas.
Con respecto a las obras que se hacen en Cerrillos, el organismo de control analizó algunos expedientes y concluyó que no hay elementos que den “seguridad razonable” sobre el cumplimiento de varios aspectos, como la economía, eficiencia y eficacia de las operaciones; confiabilidad de la información técnica; y cumplimiento de leyes y regulaciones.
Aquí también aparecen ejemplos. Uno tiene que ver con los trabajos que se hicieron para remodelar dos plazas y reponer pavimentos del pueblo. Las obras costaron $ 932 mil y fueron financiadas parcialmente por Nación.
En este caso, los auditores afirmaron que la Municipalidad “no proporcionó la totalidad de la documentación que precise la obra”, y enumeraron la falta de memoria descriptiva, croquis o planos, y planillas de medición de ítems unitarios, entre otros.
Según la AGPS, esto “impide conocer con exactitud el desarrollo (de los trabajos) y no es posible emitir opinión sobre la obra”. Para completar el panorama, se agregó que “los actuales funcionarios municipales manifiestan que, salvo la documentación aportada (que es incompleta), no cuentan con otro tipo de datos, ya que la gestión anterior no se los proporcionó”.
Y la perla sobre el mismo proyecto: el informe remató que la Municipalidad certificó el 100% de los trabajos pese que faltaba ejecutar casi un tercio de los metros cuadrados de caminería: “Está evidenciado claramente que la obra no se terminó”, cerró la Auditoría.