El Hospital General de Agudos Doctor José María Penna funciona con una “limitada infraestructura edilicia para la oferta asistencial que el nosocomio intenta brindar”. Esta es una de las conclusiones de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA), que elaboró un informe en el que agregó que en el centro de salud faltan camas y espacio físico, tanto en la guardia como en pediatría, las camillas para partos están oxidadas y se registran largas demoras para la atención quirúrgica.

El trabajo de auditoría, realizado sobre datos del 2008 y aprobado el año pasado, explica que, por la falta de espacio en la guardia, tuvieron que “utilizar los pasillos para colocar camillas” y que, contra las paredes de los corredores, idearon un sistema de “ganchos, a modo de soporte, para colgar los sueros”. Incluso, en el mismo sector, “se brinda cobijo a indigentes con patologías crónicas”.

El Hospital Penna está ubicado en el barrio porteño de Pompeya y asiste a una zona donde viven aproximadamente 220 mil habitantes, de los cuales el 50% se considera en riesgo sanitario. Los auditores detallan que comúnmente acuden los vecinos asentados en las cercanías del Riachuelo, quienes “suelen sufrir los males de la contaminación, la toxicidad y los focos de contagio”.

División de pediatría

En el período auditado, señala el informe, “la sala de internación de pediatría, contaba con 23 camas, divididas en boxes separados por mamparas de vidrio y sin puertas, donde se internaban niños desde el mes de vida hasta los 15 años”.

Si bien la división de pediatría no cuenta con el espacio necesario, la AGCBA aclaró que en internación pediátrica y neonatal “hubo niños internados por situaciones sociales, como agresiones físicas, violaciones, abandono y adicciones, que permanecieron internados aunque no padecían ninguna enfermedad, mientras se buscaba diferentes maneras de resolución”.

Además, se detalló que los consultorios externos del mismo sector “carecen de lavamanos, convirtiendo al médico en un vector de transmisión de enfermedades infecto-contagiosas”.

Asistencia obstétrica y maternidad

A pesar de ser el segundo efector de la salud con “mayor cantidad de egresos por embarazos y partos”, la Auditoría explicó que en el Penna las camillas de partos “están oxidadas, son obsoletas y deterioradas”, y agregó que “el centro obstétrico no prevé mamparas o cortinas entre camas, tal como lo establece la Guía para la atención del parto normal”.

No obstante, el informe manifiesta que los “deterioros en la estructura edilicia” provocan la “interrupción con frecuencia de las funciones que cumple el lactario (donde se fracciona la leche materna) por filtraciones provenientes de un baño”.

A su vez, la AGCBA explicó que el déficit de camas impide la planificación de internaciones y provoca la suspensión de cirugías, generando una demora de atención quirúrgica de 90 días corridos.

Asimismo, la planificación quirúrgica se encuentra limitada porque “los anestesistas de planta no llegan a cubrir la demanda”.

Ministerio de Salud

La decisión de realizar las licitaciones centralizadas desde el Ministerio de Salud produjo que varios insumos estén en “stock cero”.

Finalmente, el informe agrega que la “falta distribución de medicamentos anticonceptivos”, cuyo suministro está a cargo del Programa Procreación Responsable, generó que “el 60 % de los medicamentos provengan del envío de laboratorios”, porque “la entrega desde el Programa es irregular y no distribuye los (dispositivos) más recomendados”.