La semana pasada se publicó una  nota sobre la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (ANLIS) en la que se ponía de manifiesto la falta de control de calidad en la producción de la vacuna BCG intravesical y la insuficiente fabricación de dosis contra la Fiebre Hemorrágica Argentina, entre otras cuestiones.

Pero el trabajo de la Auditoría General de la Nación (AGN) detectó irregularidades tanto en la contratación del personal como en el estado del edificio ubicado en la avenida Vélez Sarsfield al 500.

Sobre la infraestructura, el equipo de auditoría señaló que el predio central, que es una construcción de 1916, “está deteriorado pese a las modificaciones y reestructuraciones permanentes”. Puntualmente, se vieron “agujeros en los techos, manchas de humedad y hongos en las paredes”. Además, “las instalaciones eléctricas, de gas y pluviales son de la antigüedad del edificio”.

Los laboratorios de la ANLIS “no tienen las habilitaciones que la normativa le exige” por parte de ANMAT y el Ministerio de Salud tanto de la Nación como de la Provincia. Solo una planta productora cuenta con ese aval y es la que produce la vacuna Candid #1 contra la Fiebre Hemorrágica Argentina.

Con esa excepción, la AGN observó “falta de medios de protección contra incendios y emergencias eléctricas; paredes, suelos y techos difíciles de limpiar y hasta heladeras y freezers en los pasillos o lugares de tránsito que generan contaminación por el transporte de material patogénico”.

La seguridad y la vigilancia son aspectos que merecen párrafo aparte ya que se detectó que “las medidas implementadas para el resguardo de bienes y personas resultan limitadas”. Al respecto, es importante destacar que “los laboratorios almacenan y manipulan muestras infectadas con agentes patógenos o en aislamiento de estos agentes y animales infectados”, solo por nombrar algunos ejemplos.

“No hay control en vehículos particulares, tanto a la entrada como a la salida”, dice el informe que agrega que “las puertas y las ventanas tienen fallas en las trabas incluso en las áreas de laboratorio”.

(des) Organización

La Auditoría calificó la estructura organizativa del ex Malbrán como “inadecuada e inconsistente con sus estructuras reales y funcionales”, situación que impacta en la distribución de responsabilidades. 

De los 14 cargos directivos aprobados, “solo uno se encontraba regular, otro estaba vacante y los restantes 12 tenían coberturas transitorias” fuera de lo establecido en el Convenio Colectivo de Trabajo. De estos últimos, “siete estaban vencidos y tres ni siquiera tenían el acto administrativo de la autoridad competente”.

Por otra parte, pero continuando con el personal, el 55% es no permanente. Ese porcentaje “supera el establecido por la legislación” que ronda en el 15%.

A ello se suma que la ANLIS “no cumple con el cupo de personal con discapacidad que establece la Ley 25.689”. En función del total de los agentes “correspondería que hubiera al menos 40 personas con capacidades diferentes”. Sin embargo, el informe aprobado en abril de este año detalla que hay solo cuatro.

El caso del auditor interno es extremo: se encuentra en litigio judicial desde 1997 y todavía no hay una resolución.