Los cupones vinculados al desempeño del Producto Bruto Interno (PBI) fueron un instrumento que junto a los Bonos Par, Cuasi Par y Descuento, conformaron el canje de la deuda pública que se hizo en 2005. El 15 de diciembre de este año, el Estado deberá pagar US$ 1.472 millones por esos cupones, casi 200 millones de dólares más de lo que se pensaba recaudar con el sistema de retenciones móviles a la exportación de granos, recientemente “limitada en su vigencia” por el Ejecutivo nacional.

El de diciembre será el tercer pago del cupón PBI, que se hace en referencia al año anterior. En 2006, el Estado abonó US$ 399 millones y en 2007, US$ 821 millones. Por el efecto de arrastre, están prácticamente cumplidas las condiciones para que el año que viene ese concepto ascienda a aproximadamente unos US$ 2.308 millones que, sumados a los US$ 1.472 de 2008, suman el 95% del valor del proyecto original del Tren Bala.

El cálculo de este instrumento tiene en cuenta el crecimiento acumulado de la actividad económica y, para que se genere la obligación y el pago, el Estado debe esperar que se cumplan tres condiciones: que el PBI Real Efectivo supere al estimado para el año de referencia, tanto en monto como en tasa de crecimiento (ambos valores fueron previstos en niveles bajos al momento de elaborar las características de los papeles), y que mientras los cupones estén en vigencia, hasta marzo de 2034, los pagos acumulados año tras año no deberán superar la quita que derivó del canje de deuda, unos US$ 29.900 millones.

Una de las variables que más impacta en la estimación del cupón PBI es el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que difunde el INDEC. Esas cifras oficiales vienen marcando una inflación baja, pese a que algunas mediciones privadas aseguren lo contrario. El nivel de inflación oficial mantiene el equilibrio de precios de los títulos públicos ajustados por el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER). Sin embargo, por su propia naturaleza, esa regla no se aplica a los cupones PBI sino que, por el contrario, los papeles terminan aumentando su valor. Es que el PBI se compone de un 60 % de Consumo Privado y el 40 % restante está dividido entre consumo del Gobierno, Inversión Bruta y Exportaciones. Como el deflactor natural del PBI (es decir, el indicador de variación de precios para llevar ese PBI de valores corrientes a constantes) es el IPC, entonces a índices bajos de inflación sube el Consumo Privado, la variable de mayor incidencia del PBI que, al aumentar, arrastra el costo del cupón.