Según un estudio de la Oficina de Empleo Público, cuestiones tecnológicas como la conectividad, el acceso remoto y el equipamiento fueron la parte “negativa” de la implementación del teletrabajo en el Estado nacional. 

La encuesta, de la que este medio ya dio cuenta, fue realizada en los primeros dos meses de cuarentena y contó con la participación de 17.858 personas. De ese total, 5.138 trabajadores y trabajadoras ampliaron sus respuestas con comentarios que fueron divididos en tres grupos: cuestiones domésticas, tecnología y propuestas.

• Más del 75% del sector público pudo trabajar durante el aislamiento  

En esta entrega se detalla la segunda categoría, que reunió el 28,5% del total de menciones. Por esa relevancia, la Oficina estatal decidió examinarlas en forma separada del aspecto doméstico y así determinó, por ejemplo, que de cada 100 comentarios sobre tecnología solo 14 fueron positivos.

Dificultades en la conectividad, el acceso remoto y con el equipamiento, la parte “negativa” del teletrabajo en el Estado

El tópico en cuestión se conformó con 1.464 menciones, diferenciadas en cinco subtemas: equipamiento; acceso remoto; plataformas, sistemas y aplicativos; conectividad; y área de informática. 

Dificultades en la conectividad, el acceso remoto y con el equipamiento, la parte “negativa” del teletrabajo en el Estado

El denominador común fue que “todas las subcategorías fueron valoradas negativamente”, dijo el informe que explicó la encuesta, en referencia a la “carga emotiva” de los comentarios analizados.

• La “polaridad” que generó el teletrabajo puertas adentro del Estado 

Por el lado del equipamiento, las experiencias de las personas fueron mayormente negativas (82% contra 18% positivas). Entre los motivos de esta tendencia aparecen “dificultades” como “la obsolescencia derivada de la antigüedad de los equipos para correr programas o sistemas”, o directamente la “carencia” de herramientas, como “impresoras, escáners, monitores con óptima definición, teclados y memorias”.

Eso, sin contar que varios de los participantes de la encuesta debían compartir computadoras con otros miembros de su familia. Para completar, el informe destaca que hubo “pocas menciones referidas a la ayuda por parte de los organismos de pertenencia” que hayan “facilitado equipos y elementos informáticos necesarios” para el cumplimiento de tareas. 

“Reorganización a tientas”

Otro tema mencionado por el personal estatal tuvo que ver con el acceso remoto a las carpetas de trabajo. 

“La experiencia fue muy negativa”, enfatiza el relevamiento, en referencia a que “la realización de tareas se vio fragmentada” porque, primero, las personas “no contaban con información necesaria para su cumplimiento” y, segundo, porque esos datos “se hallaban localizados en unidades de disco de computadoras del trabajo, las cuales -a su vez- estaban vedadas o limitadas al acceso”.

Pero eso no fue todo: “En algunos casos -detalla el informe-, se facilitó un acceso remoto restringido (a los datos), lo que derivó en quejas por parte de quienes no se vieron beneficiados” con esas decisiones.

Medidas como esta dejaron en el personal la sensación de que la “reorganización” del trabajo se hizo “a tientas”, principalmente “en relación a la guarda de información, muchas veces ‘subida’ en nubes o ‘drives’, que facilitaron el acceso a contenido, sin desatender los riesgos en materia de seguridad informática que esta metodología supone”.

Unanimidad

Una subcategoría que tuvo todas sus menciones negativas fue la conectividad. El documento de la Oficina de Empleo Público explica que esta unanimidad se basó en las valoraciones sobre la calidad de los servicios ofrecidos por las empresas de internet a nivel doméstico. 

En este punto se destacan observaciones como la “estabilidad y las interrupciones” en las conexiones, “velocidades de transmisión de datos inferiores a las obtenidas en las oficinas, y el colapso del servicio en horarios críticos”.

No obstante, la investigación también remarca que hubo casos de personas que quisieron “solucionar estos inconvenientes” y por eso “requirieron a las compañías una mejora en la calidad” de las prestaciones, “lo que lo que implicó la firma de un nuevos contratos entre las partes para ampliar la capacidad y velocidad de internet en el hogar, con el consiguiente aumento de costos”.

“Reconocimiento”

Pese a que la subcategoría área de informática obtuvo una valoración “levemente negativa” por parte de los encuestados, el relevamiento añade que hubo un “reconocimiento” hacia los miembros de estos sectores, “que se encontraron desbordados por la cantidad de demandas”, y sin embargo “permitieron canalizar tensiones en la medida que fueron presentándose dificultades” en la ejecución del teletrabajo.

En la próxima -y última- entrega, se hará una enumeración de las propuestas que planteó el personal encuestado, relacionadas a la posibilidad que tiene el Estado como empleador de ampliar la modalidad de trabajo remoto más allá de las medidas de aislamiento impuestas por la pandemia.