El teletrabajo profundizó la desigualdad de género
Investigadores del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) analizaron la puesta en marcha del trabajo remoto en mujeres. El informe concluyó que es necesario implementar políticas contra la segregación en el mercado laboral.
El Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) realizó el informe "El teletrabajo y la agenda de género". Los investigadores Ramiro Albrieu y Pablo de la Vega concluyeron que “se necesita la integración de políticas que apunten a romper con estereotipos, normas sociales y concepciones profundamente arraigadas que operan como mecanismos de segregación en el mercado laboral”.
Antes de marzo de 2020, sólo el 17% de los asalariados y asalariadas trabajaba a distancia. En detalle, el 14% eran mujeres, mientras que los hombres un 20%. El aislamiento social y preventivo obligatorio (ASPO) convirtió al teletrabajo en la manera más efectiva de seguir con las tareas y minimizar el riesgo sanitario.
“Con la llegada de la pandemia, la capacidad para trabajar desde casa pasó de opción deseable por la flexibilidad y la reducción de ciertos costos, a un determinante clave para la continuidad de las tareas laborales en general”, según el documento de la organización.
El texto presentó importantes diferencias de género: mientras el 35% de las mujeres podría realizar tareas que son potencialmente teletrabajables, para los hombres ese porcentaje alcanza el 21%.
De acuerdo con los datos de la Encuesta Permanente de Hogares de 2019, una mujer de igual edad, nivel educativo y antigüedad, en la misma región y en el mismo sector, tiene en promedio menor probabilidad de acceder a un empleo formal (-5 pp.) y a puestos directivos o gerenciales (-3 pp.) que un hombre.
En relación a esto último, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) presentó el nuevo informe “Una olimpíada desigual: la equidad de género en las empresas latinoamericanas y del Caribe”. En detalle, el 15% de los cargos directivos son desempeñados por mujeres, asimismo son dueñas del 14% de las firmas.
Como consecuencia del acceso asimétrico a las ocupaciones en el mercado laboral, a medida que nos movemos hacia arriba en la escala salarial, las mujeres ven reducido su potencial de teletrabajo en relación a los varones.
Por otro lado, y volviendo al informe de CIPPEC, el 58% de los hombres realiza trabajo doméstico no remunerado (TDNR), mientras que en el caso de las mujeres asciende a 89%, según la Encuesta sobre Trabajo No Remunerado y Uso del Tiempo de 2013. Ellas dedican en promedio 6,4 horas semanales a estas tareas, 3 más que los varones.
Los investigadores creen necesario tomar “medidas de implementación de teletrabajo con perspectiva de género y flexibilidad para promover un mejor equilibrio trabajo-familia y una mayor corresponsabilidad en el hogar”.
Otro punto importante es la Ley Nº 27.555 sobre teletrabajo, representa avances en este sentido. Dispone que “los empleadores y las empleadoras y los trabajadores y las trabajadoras deberán velar por un uso equitativo, en términos de género, de las medidas dispuestas en la ley, promoviendo la participación de los varones en las tareas de cuidado”. Además, incorpora medidas con importantes implicancias de género como el derecho a la reversibilidad y a la desconexión digital.