El Auditor.info dialogó sobre los basurales a cielo abierto (BCA) con Sergio Federovisky, secretario de Control y Monitoreo Ambiental del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, y con Andrés Nápoli, director ejecutivo de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN). Brindaron su opinión del problema, posibles soluciones y el rol que cumple la ciudadanía. 

En Argentina existen 5.000 basurales de esta índole. Estos sitios, carentes de control de operación y con escasas o nulas medidas de protección, implican uno de los riesgos ambientales y sanitarios más urgentes del país. Los BCA no tienen medidas mínimas de seguridad por lo que puede encontrarse todo tipo de residuos, incluso patogénicos y peligrosos. 

En Argentina existen 5.000 basurales a cielo abierto y son uno de los riesgos sanitarios más urgentes. 

Desde el Ministerio de Ambiente, resaltaron que resultan un foco de contaminación. Federovisky aclaró que los principales impactos ambientales se dan en el suelo y las napas, producto de la generación de fluidos sin control alguno. En esta línea, la cartera informó que la polución del terreno repercute en los ciclos de vida de las plantas. A su vez, la basura mal dispuesta puede generar la proliferación de plagas y vectores de enfermedades diversas.

Por otro lado, el secretario de Control y Monitoreo Ambiental advirtió sobre la contaminación del aire por las quemas sistemáticas. En el caso de que los desechos incendiados sean plásticos puede derivar en la emisión de sustancias tóxicas, aumentando la concentración de contaminantes atmosféricos (como óxidos de nitrógeno u óxidos de azufre) o metales pesados (como el mercurio, el plomo, el cromo o el cadmio).

Otra de las problemáticas que preocupan es la actualidad de los trabajadores de los basurales. Desde FARN, Andrés Nápoli expuso que la polución de estos sitios genera un gran impacto en la salud de quienes trabajan allí que, en su mayoría, son recolectores informales

“Se ha realizado una labor en conjunto con los recuperadores urbanos y distintas organizaciones cuando la Ciudad de Buenos Aires decidió modificar la Ley de Basura Cero y habilitar la incineración”, enfatizó Nápoli. Además, agregó que esta tecnología es obsoleta y contaminante, explícitamente prohibida en el texto original.

En esta línea, desde el Ministerio de Ambiente se enfatizó la necesidad de realizar acciones para proteger a las y los recicladores urbanos con el fin de garantizar la continuidad de las tareas de manera segura. Federovisky enumeró algunas de las medidas efectuadas, como la entrega de kits de protección personal para 5000 recicladores, 18 equipos sanitizantes, 65 termómetros digitales, consumibles de higiene, 45 contenedores, 9 volquetes, y 700 elementos de protección para cooperativas del Área Metropolitana de Buenos Aires. 

Residuos: actualidad y futuro de los basurales a cielo abierto

Uno de los pilares de la política ambiental nacional es el Plan Federal de Erradicación de Basurales a Cielo Abierto. El funcionario expuso los puntos principales de la iniciativa: se dispuso el cierre de BCA en distintos municipios del país y la construcción de complejos socioambientales para el tratamiento diferenciado y eficiente de los residuos. “Se entiende a la gestión de los desechos como una cuestión ambiental, pero también sanitaria, social y económica, que merece un abordaje integral”, subrayó.

Tanto la cartera como FARN coincidieron en que la ciudadanía tomó mayor comprensión, conciencia y protagonismo con respecto a las problémicas ambientales producidas por sus desechos. Por un lado, Federovisky hizo énfasis en el compromiso de la separación en origen, disposición inicial selectiva, técnicas de compostaje domiciliario, entre otros patrones de consumo responsable: “Esto es un eslabón primordial sin el cual las medidas tomadas por los estados Nacional, Provincial y Municipal carecerían de total efectividad”.

El Plan Federal de Erradicación de Basurales a Cielo Abierto implica su cierre en distintos municipios y la construcción de complejos para el tratamiento diferenciado de los residuos.

Por otro lado, Nápoli destacó las iniciativas ciudadanas, pero remarcó que tienen que ser acompañado por políticas públicas, porque sino no funcionarían. En este sentido, explicó que aunque se dividan los residuos en cada domicilio, el efecto es el mismo si el camión lleva todo en el mismo espacio o lo arroja en un solo lugar. Además, sostuvo que para que avancen los procesos de reciclado es necesario que haya una planificación y un proceso en el cual el ciudadano sea parte de ese engranaje.

Sobre el futuro, desde el Ministerio de Ambiente se tomó la decisión de tener un rol activo a través de una política integral de promoción de la economía circular que incluye un plan de inversiones que tiene como meta erradicar los BCA, mejorar la disposición final de los residuos sólidos urbanos y optimizar las condiciones de trabajo de los recuperadores urbanos. “Se cuenta con más de 50 proyectos en diferentes instancias de avance y se construirán centros ambientales en Quilmes, Formosa y Concordia”, concluyó el funcionario.