Sin acceso al agua, los barrios populares también eran grupo de riesgo
En esta línea se manifestó Jonatan Baldiviezo del Observatorio del Derecho a la Ciudad. Liliana, vecina de la villa 31, cuenta que es difícil cumplir el aislamiento por la falta de derechos básicos y humanos: "no tenemos cómo lavarnos las manos, higienizarnos o cocinar".
Con 322 casos positivos de coronavirus y 6 muertos en las villas de la Ciudad de Buenos Aires, el juez en lo Contencioso Administrativo y Tributario Osvaldo Otheguy le ordenó al gobierno porteño suministrar suficiente agua en los barrios populares del área metropolitana.
“La realidad es que se nos complica mucho cumplir la cuarentena por la falta de derechos básicos y humanos. Llevamos más de 11 días sin agua y es desesperante porque no tenemos cómo lavarnos las manos, higienizarnos o cocinar”, expresó Liliana Andrade de la Villa 31 en comunicación con este medio. Junto con la Villa 11-14, en Flores, concentran la mayor cantidad de personas con Covid-19.
Luego de que los contagios se dispararan, el Gobierno de la Ciudad se acercó a los barrios populares a llevar asistencia. “No toman dimensión de la problemática. Suministran 300 mil litros por día en un camión cisterna que alcanza para 2500 personas. La Villa 31 tiene 40 mil habitantes, esto solo le garantiza agua al 5% de la población”, expresó Jonatan Baldiviezo del Observatorio del Derecho a la Ciudad. El agua envasada y los sachets solo llegaron a la 21-24 por presión de los vecinos.
Con la disposición por parte de la justicia asoman esperanzas. Pese a ello, Baldiviezo considera que “con los días va a aumentar velozmente el número de contagios, es difícil frenarlos si no tomaste las medidas preventivas. Sin acceso al agua potable, los barrios populares eran un grupo de riesgo. Muchas organizaciones lo veníamos denunciando”, enfatizó Baldiviezo.
No solo falta agua
En la Ciudad de Buenos Aires hay 38 barrios vulnerables registrados, donde viven más de 300 mil personas. Según Andrade, “la situación es dramática y preocupante. Es muy difícil sostener el aislamiento si en una habitación vivimos entre 4 y 10 personas. Muchos hacíamos changas o cartoneabamos para ganarnos el pan de todos los días. Hoy no podemos salir a trabajar y por permanecer en cuarentena no tenemos garantizado un plato de comida. Muchas veces hay que elegir entre comer o comprar alcohol en gel o un medicamento necesario o ahora una botella de agua”.
El hacinamiento, la poca ventilación por la concentración de las construcciones, la falta alimentos y de servicios hacen que el panorama sea cada vez peor. Muchos se vieron obligados a asistir a comedores, donde son cada vez más las personas que recurren a ellos.
El martes se hisopó a 39 habitantes de la Villa 31. El miércoles se conoció el resultado: 30 estaban infectados.
En este contexto, tampoco les llega la asistencia a quienes realizan denuncias por violencia de género. “No nos toman la dirección, es como si no existiéramos. Por eso tratamos de ayudarnos con las redes que nosotros mismos creamos en los barrios”, admitió Andrade.
En la Villa 20 hay dos casos positivos de coronavirus. Mabel Mamani vive en el barrio y cree que “la asistencia por parte del gobierno de la Ciudad no es la adecuada. Tratamos de ayudarnos con las organizaciones sociales que están en el barrio. Tenemos muchos casos de dengue y en algunas manzanas falta agua”, aseveró.
Desde hace unos días se lanzó en la Ciudad el plan de testeos casa por casa, pero los vecinos aseguran que no se está realizando de manera masiva en todos los barrios populares. “Realmente estamos a disposición, celebramos que se estén tomando medidas y queremos acompañar, que se haga bien, que nos incluyan para pensarlo, sabemos que están llegando tarde para dar respuesta y necesitamos que se garantice el acceso básico al agua para todos los vecinos y vecinas”, añadió Andrade de la Villa 31.
Allí, el martes la Ciudad hisopó a 39 habitantes. El miércoles se conoció el resultado: 30 estaban infectados.