Frente a un escenario de contracción económica cada vez más marcado por el impacto de la lucha contra el coronavirus, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sentó posición al pedirle a los Estados que “pongan el foco en mitigar y contener la pandemia”, y remarcó que “el tiempo de crecer vendrá después, y se debe actuar ya”.

El organismo publicó la semana pasada un informe con “recomendaciones de política pública” a los gobiernos de América Latina y el Caribe para enfrentar la crisis, en el que habla de los “retos” que implica el equilibrio entre la salud y la economía, y el “largo camino” hacia la salida de la cuarentena generalizada.

El BID pide poner el foco en contener la pandemia, “el tiempo de crecer vendrá después”

El trabajo se inicia describiendo la situación de la región ante la llegada del virus: “El Covid-19 tomó al mundo sin capacidad para dar una respuesta eficaz, sin equipos sanitarios suficientes, sin medicamentos y sin una vacuna para impedir el contagio”, dice el BID. Y proyectó que, si no hay “intervenciones” para frenar la tasa de infección, “el número de muertes directamente atribuibles a la pandemia podría llegar a los 3,2 millones de personas”

La necesidad de esas “intervenciones”, radica en que, según el Banco, “el total de individuos que requerirían la hospitalización podría llegar a los 200 millones”; además, unas “50 millones de personas necesitarían cuidados intensivos, sobrepasando de manera dramática las capacidades de todos los países de la región”.

¿Y cuán preparado está el bloque para esa demanda? “América Latina y el Caribe tienen serios déficits de camas hospitalarias”, observó el informe y comparó que, en relación a los países de la OCDE, que disponen de hasta 3,5 médicos y 9,8 enfermeros cada mil habitantes, en el continente esas proporciones caen a 1,8 y a 4,4 respectivamente.

Para la Argentina, "el acceso a los mercados internacionales no es una opción realista", dice el informe. 

La región “enfrenta obstáculos casi insuperables para aumentar significativamente, y en un plazo muy corto, su capacidad para atender a las víctimas”, aseveró el BID. Sin embargo, reconoció que sí se puede “ampliar rápido la capacidad para atender a los casos no críticos”. Y, en esa línea, propuso “posponer cirugías que no sean de emergencia, para liberar el 30% de las camas; convertir espacios para uso hospitalario y suspender las normas que impiden que médicos retirados o de otros países se sumen al personal de salud”. 

Mientras tanto, el texto explicó que “el confinamiento estricto sirve para controlar la propagación del virus”. En ese sentido, el informe compara la preformance de los países, en cuanto a la velocidad de duplicación de los contagios según su tipo de cuarentena.

El BID pide poner el foco en contener la pandemia, “el tiempo de crecer vendrá después”

Y lo mismo ocurre para la cantidad de muertes. 

El BID pide poner el foco en contener la pandemia, “el tiempo de crecer vendrá después”

El “deterioro inevitable” de las cuentas públicas

Por otra parte, la entidad sostiene que “la región se encuentra en una situación fiscal mucho más débil para responder a esta crisis” en relación a la recesión de 2008. 

La comparación, para el BID, es “contundente”: es que el déficit promedio del bloque alcanzaba en 2008 el 0,4% del PBI regional, mientras que ahora ese rojo llega al 3%. Además, la deuda pública promedio subió del 40 al 62% del PBI. 

Nota al margen: con respecto a este último punto, el texto se encarga de aclarar que las cifras refieren al promedio del bloque, ya que hay países con “niveles de deuda muy elevados, por encima del 90%, que incluyen a las economías más grandes de la región, como Argentina y Brasil”. 

Para completar el cuadro, a estos condicionamientos se suma el fenómeno “flight to quality” del mercado financiero. Se trata del movimiento de capitales hacia inversiones más seguras, lo que generó -según la entidad- que “el costo de endeudamiento para América Latina y el Caribe se haya duplicado entre enero y marzo”.

Así, el informe concluye que, “para países como la Argentina, el acceso a los mercados internacionales no es una opción realista”, y todo esto, en definitiva, provoca que se acote el “margen de maniobra fiscal” y que se registre un “deterioro inevitable” en las cuentas públicas. 

El BID pide poner el foco en contener la pandemia, “el tiempo de crecer vendrá después”

¿Qué hacer? “Todo indica que la magnitud de la contracción será muy severa”, sostiene el BID, y añade que “la escasez de recursos hará que no se pueda atender a todos los sectores afectados por la crisis”, por lo que “los gobiernos tendrán que priorizar”.  

En ese sentido, la entidad propuso seguir transfiriendo recursos a los hogares, pero con una aclaración: esos envíos deberán hacerse “de manera que la población los perciba como justos y equitativos”

Entre estas medidas, el texto enumera subsidios, créditos, moratorias, seguros de desempleo y reducción de los costos laborales, entre otras. Pero todas con un denominador común: el “tiempo limitado”. Es que, para el Banco, remarcar el carácter transitorio de las iniciativas dará una “señal creíble a los inversionistas de que los incrementos en los gastos son manejables, y evitar mayores flujos de capital fuera de la región”.

“Tanto para apoyar a las poblaciones vulnerables, como para evitar quiebras y despidos, no hay una receta perfecta”, aclara el texto y agrega que “es indispensable ser pragmático, flexible y asegurar que lo perfecto no se vuelva enemigo de lo bueno”. 

“No minimizar la transparencia”

En su informe, el BID dedica un apartado a la prolijidad en la gestión pública. Dice textual: “Los países necesitan más que nunca asegurar el uso eficiente de sus recursos y el apoyo de la población a las medidas del gobierno. Si no controlan el desvío y uso ineficiente de los fondos, perderán oportunidades para mitigar el impacto de la crisis en la sociedad y el apoyo de la población. Este reto es aun mayor en tiempos de crisis, cuando se suspenden, con razón, las normas fiduciarias tradicionales respecto a contrataciones y compras públicas. Es fundamental mantener altos niveles de transparencia en los gastos y contrataciones, y demostrar un fuerte compromiso y capacidad de investigar abusos”.

El “largo camino” al confinamiento focalizado

Por otra parte, la entidad afirma que “el reto más urgente para la región” es la transición a un confinamiento focalizado. 

El problema, según el informe, es la posibilidad de que “las presiones sociales y económicas” provoquen que la cuarentena “se relaje antes de que los sistemas hospitalarios tengan mucha mayor capacidad que ahora, y antes de que los países puedan implementar sistemas masivos de detección” de casos.

Por eso, en este “largo camino” dice el BID, se “requiere la colaboración de la población”, ya que “el confinamiento generalizado puede extenderse, probablemente, en uno o dos meses”.