Hallaron problemas de registro de información en las escuelas de reingreso
El organismo de control porteño evaluó la iniciativa llevada adelante por la Dirección General de Educación Media. El relevamiento determinó la necesidad de una nueva auditoría porque hallaron problemas para examinar la eficacia del programa.
La Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) realizó un informe sobre los Bachilleratos de Reingreso, dependientes de la Dirección General de Educación Media. En el documento se detallaron problemas en el registro y sistematización de la información que impidieron comprobar el alcance del programa.
El objetivo del informe, aprobado en mayo de 2021, fue relevar el cumplimiento de los objetivos institucionales y operativos, así como también la adecuación de los recursos afectados al programa y la normativa vigente, desde su creación hasta 2018.
Una de las observaciones fue la “poca sistematización de la información referente a los indicadores de vulnerabilidad educativa de los niños, niñas y adolescentes que concurren a las escuelas de reingreso”. Por otro lado, se expuso la nula realización de “campañas de difusión particulares para la modalidad de reingreso que permitan extender el conocimiento sobre las mismas a quienes requieren de esta modalidad”.
La AGCBA no encontró informes previos de la Unidad de Auditoría Interna del Ministerio de Educación, ni de la Sindicatura General de la CABA en referencia a las escuelas de reingreso.
Durante 2018, año observado por la AGCBA, el gobierno porteño no encontró informes previos de la Unidad de Auditoría Interna del Ministerio de Educación, ni de la Sindicatura General de la Ciudad de Buenos Aires en referencia a las escuelas de reingreso.
Ante la negativa, el organismo de control de CABA solicitó información estadística a la UEICEE (Unidad de Evaluación Integral de la Calidad y Equidad Educativa) acerca de los centros educativos analizados y sobre el nivel medio común estatal. Allí se obtuvieron datos agregados de las ocho escuelas de reingreso, que cuentan con un sistema de promoción diferenciado que no permite discriminar la matrícula final.
A partir de la aprobación de la Ley Nº 898 de la CABA -en 2002- se estableció la obligatoriedad de la educación hasta la finalización del nivel medio. Y, en marzo de 2004, la Ciudad puso en marcha el programa “Deserción Cero” que tuvo como objetivo recuperar a más de 16.000 jóvenes de 16 a 20 años que habían quedado fuera del sistema educativo por no haber iniciado la escuela secundaria o por haberla abandonado.
El informe detalló que en 2004 se crearon seis nuevos establecimientos de educación media, y que otros cuatro se agregaron en 2005. Sin embargo, dos de estos últimos fueron excluidos del conjunto de las escuelas de reingreso. “Esta modalidad educativa se presenta como una oportunidad de realizar o completar los estudios secundarios para adolescentes y jóvenes que por motivos diversos no los comenzaron o vieron interrumpida su escolaridad”, detalló el documento.
El organismo de control indicó que estas escuelas albergan, mayormente, “población que ha transitado experiencias de fracaso escolar y en número significativo enfrenta responsabilidades familiares y laborales”. Algunos son jóvenes institucionalizados o que provienen de contextos de “violencia social y/o familiar”. Además, según AGCBA, algunos de estos niños y niñas son indocumentados y transitan cuestiones asociadas a consumos problemáticos. “En general son grupos de elevada vulnerabilidad socioeconómica”, manifestó la auditoría.
La AGCBA expuso la falta de respuesta completa a las solicitudes de información sobre matrícula y otros indicadores educativos.
La AGCBA expuso la falta de respuesta completa a las solicitudes de información sobre matrícula y otros indicadores educativos por parte del Ministerio de Educación del local. El equipo de auditoría detectó datos parciales y reconstruyó parte de la información necesaria.
Los resultados del Relevamiento Anual de 2018 no estaban disponibles al momento de la auditoría, según lo indicó el organismo porteño. Allí cada escuela carga los datos en un sistema unificado y el procesamiento de los mismos lo efectúa cada jurisdicción.
La AGCBA tomó los correspondientes a 2017 surgiendo para los ocho establecimientos educativos de reingreso una matrícula final de 1.752 alumnos para diciembre 2017. Según datos de la UEICEE la matrícula en 2018 ascendió a 1.897 alumnos.
De acuerdo a los datos publicados, la auditoría indicó que los establecimientos secundarios impactados por la modalidad bachillerato de reingreso son ocho desde 2013. Según la información recopilada, la matrícula de las ER creció hasta 2012, luego decayó hasta 2017 y en 2018 volvió a incrementarse pero a partir de los datos obtenidos “no es posible asociar esta evolución con alguna interpretación de resultados del proyecto de reingreso o del cumplimiento de objetivos”.
Falta de información
El informe señaló “poca sistematización de la información referente a los indicadores de vulnerabilidad educativa de los niños, niñas y adolescentes que concurren a las escuelas de reingreso”.
Los auditores señalaron que no fue posible determinar el grado de cobertura del servicio por falta de información adecuada.
“La autoridad del área no posee ni estima otra información cuantitativa ni cualitativa sobre los jóvenes en las edades pertinentes -16 a 18 años- que quedan fuera del sistema educativo y pueden ser reintegrados a través del servicio analizado”, denunció la AGCBA.
Asimismo -según los auditores- no es posible determinar el grado de cobertura del servicio en particular, ni la cantidad exacta de jóvenes que no llegan a alcanzar los estándares mínimos de formación por falta de información adecuada.
Con respecto al presupuesto, el informe expuso que la modalidad bachillerato de reingreso no tiene una expresión presupuestaria identificable. “No fue posible identificar los recursos financieros que se dedicaron para llevar adelante el Programa”, indicó la auditoría porteña.
Escasa difusión
La AGCBA observó que no se realizaron campañas de difusión particulares para la modalidad de reingreso que permitan extender el conocimiento sobre las mismas a quienes requieren de esta modalidad. “La difusión se da, fundamentalmente, por el boca a boca de alumnos, exalumnos y familiares, otros integrantes de la comunidad educativa u otras instituciones con las que las ER articulan vínculos”, completó el organismo de control.
La auditoría expuso que la modalidad bachillerato de reingreso no tiene una expresión presupuestaria identificable.
Ante la consulta de la AGCBA a los responsables de la DEM sobre los resultados de la articulación entre escuelas de reingreso y centros de formación profesional, se informó que “no se encuentran vinculadas con el período auditado toda vez que el proyecto que fuera aprobado por las citadas normas no fue implementado durante el 2018”.
Cabe destacar que la resolución nunca fue derogada o subrogada, se dictaron luego otras dos resoluciones que reconocen la importancia de la experiencia y “prorrogan” el proyecto el cual, en su diseño original no tenía fecha de vencimiento.
Ante la ausencia de control de los organismos responsables y dificultades con la recopilación de datos estadísticos, la AGCBA determinó que “resultaría conveniente efectuar una futura auditoría de aquellos programas o líneas de acción que se desarrollan en la Dirección de Nivel secundario a los fines de evaluar la situación de la vulnerabilidad educativa y la terminalidad en dicho nivel, ya que se hallaron serias debilidades que impiden evaluar la eficacia y eficiencia del programa”.