Asistencia a los sin techo: entre la falta de higiene y las condiciones edilicias
En los paradores porteños que dan cobijo a la población en condiciones de emergencia, la AGCBA encontró cucarachas en la cocina justo cuando se preparaba la cena, duchas sin cortina, camas sin funda higiénica, falta de elementos de limpieza para el personal que manipula los alimentos y baños accesibles sin equipamiento de accesibilidad.
“Los paradores cubren problemas sociales muy significativos pero requieren correcciones y mejoras indispensables para cumplir plenamente sus objetivos”. De esta manera, la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) evaluó la gestión del Programa de Asistencia Integral a los Sin Techo, orientado exclusivamente a quienes no tienen un hogar.
Son tres los sitios que le dan cobijo a quienes no tienen techo: el Azucena Villaflor para mujeres solas o con hijos menores, que funciona las 24 horas, el Parador Retiro para hombres, que atiende por las noches, y el Bepo Ghezzi, también para hombres y a la fecha funciona todo el día. A través de este programa, la Dirección General de Sistema de Atención Inmediata (DGSAI) “asiste a la población en condiciones de emergencia socioeconómica, facilitándoles albergue temporario en hogares hasta su reinserción”.
Entre las pequeñas pero alarmantes cuestiones que la AGCBA recomendó mejorar se destacan las del área alimentaria. Es que, por ejemplo, “en el Parador Retiro se encontraron cucarachas en la cocina durante la elaboración de la cena”. En el Bepo Ghezzi “había un animal doméstico en la zona de preparación, almacenado, conservación y distribución de alimentos”.
En éste último también se observaron “alimentos que por su aspecto permanecieron un tiempo mayor a las dos horas sin ser servidos”. La Auditoría de la Ciudad detalló que eran fideos y que “su inadecuada conservación es un claro riesgo para quien lo ingiriera”. Allí “tampoco existen dietas tipificadas para personas que padezcan patologías como hipertensión, diabetes e inmunosuprimidos”.
Continuando con el área alimentaria, en general, “los paradores no cuentan con una planilla de control de stock de los alimentos no perecederos y los que sí lo son”. Sobre el Bepo Ghezzi en el informe se añade que “no había rótulos con fecha, cantidad y tipo de alimento perecedero sometido a refrigeración o congelamiento”.
Y hay más
En su informe aprobado en septiembre de 2013, la Auditoría destacó además deficiencias de infraestructura en relación a la prestación alimenticia y del equipamiento para el personal de cocina.
• Los recipientes de residuos en las cocinas de los paradores que no cuentan con las condiciones adecuadas para el manejo de los deshechos.
• En los baños para el personal de cocina no hay un sistema de ventilación cruzada ni elementos de higiene para manos.
• La heladera almacenera del Parador Retiro tiene oxidadas las bisagras de las puertas y se encuentra desfasada de los ejes.
• Las ventanas no poseen mallas de protección tipo mosquitero en el Parador Bepo Ghezzi.
Higiene y accesibilidad
En los paradores Bepo Ghezzi y Retiro, los auditores pudieron detectar que “los colchones no están recubiertos con fundas, para facilitar su desinfección” y que “la sala de baños posee duchas sin cortinas”.
Y aunque el Parador Bepo Ghezzi cuenta con baño para personas con discapacidad, “no cuenta con manijas o barandas sobre la bañera, ni un duchador para ser usado fuera de la tina. Tampoco el inodoro, el bidet y la bacha poseen elementos auxiliares de apoyo (barandas o pasamanos)”.
Sobre el Parador Azucena Villaflor, el informe sostiene que “no hay suficientes lockers para resguardar las pertenencias de todas las concurrentes y sus niños” y tampoco cuenta con baños adecuados para personas con discapacidad.
Otra vez expedientes y sistemas informativos
En cuanto a los legajos, la AGCBA expresó que “no hay un manual de procedimiento”, por lo que “cada parador se organiza con criterios propios y genera datos que no son compatibles entre sí y que no resultan útiles para verificar el funcionamiento de las políticas públicas implementadas”. A su vez, “no respetan su propio diseño de información”. De hecho, se han detectado casos donde no se tomó el número de documento del ingresante.
Además, “los legajos no están foliados y ordenados de manera consecutiva en ninguno de los tres centros de atención”. Esa situación “representa una falla de control interno”, señaló el organismo de control.
Sobre el sistema informático, en el que se registran los ingresos y egresos y la cantidad de personas atendidas, la auditoría destacó que “no está unificado”, ni siquiera con la Dirección de Sistemas de Atención. Imposibilitando “un mejor seguimiento de la población y la conformación de políticas públicas”.
Al cierre de los trabajos de campo “se estaba utilizando un Excel como sistema de registro”. En este software “los campos son fácilmente modificables y tiene una capacidad limitada en la cantidad de información”. Paralelamente, “no existía un conteo de demanda insatisfecha, el dato se determinaba por la diferencia entre los beneficiarios atendidos y la oferta”.