De los 74 pasos fronterizos con Chile sólo en uno se realizan controles conjuntos
Si bien en un informe anterior la AGN destacaba que directamente no existían inspecciones integradas con el país trasandino, el porcentaje sigue siendo muy bajo. En materia aduanera el organismo encontró “un alto grado de complementariedad”, pero detectó una “ausencia” en los exámenes sanitarios y dificultades en los migratorios. A pesar de que se acordaron 3 pasos de frontera más, aun no fueron implementados.
La Auditoría General de la Nación (AGN) informó que existen 74 pasos de frontera con Chile, a lo largo de 5.308 kilómetros, no obstante, “solo en el de Cristo Redentor se realizan controles conjuntos” en materia aduanera, vehicular, migratoria y sanitarios con el país vecino.
El paso de frontera Cristo Redentor es “el más importante” de los que conectan a la Argentina con el país trasandino. Ubicado en un lugar estratégico, cercano a los puertos marítimos de San Antonio y Valparaíso, por ahí pasaron, en 2009, el 35,6% de las personas y el 61,9% de los vehículos que cruzaron a Chile, según los datos que le brindó a la AGN la Gendarmería Nacional. De éstos últimos, el 95,91% eran de carga y el resto particulares y de pasajeros.
Las Áreas de Control Integrado (ACI) fueron reglamentadas en 1997, cuando ambas naciones firmaron el Tratado sobre Controles Integrados de Frontera. El objetivo era establecer “inspecciones más simples y rápidas” y habilitaba a las partes a “establecer recintos, a un lado de la frontera o superpuestos al límite internacional o en ambos lados de la frontera”, para tal fin. Sin embargo, según señaló la Auditoría nacional, “aun no se logró la simultaneidad en el control integrado”, insistiendo en que el grado de avance es “el básico”.
Tipos de controles
En Cristo Redentor los controles aduaneros “son los que alcanzaron el mayor grado de complementariedad funcional” porque “ambos despachos tienen fines idénticos y utilizan nomencladores aduaneros internacionales comunes, lo que ayuda a mejorar la integración”. Entre abril y diciembre de 2010, período en el que los auditores llevaron adelante el trabajo de campo, se observó que “los datos que carga un país en el sistema informático, pueden ser consultados por el otro, agilizando el trámite aduanero, aunque no funcionen en forma simultánea”.
Otro de los ítems a favor que encontró la AGN fue que en el complejo fronterizo de Uspallata, en Mendoza, “se estaba instalando un escáner de grandes dimensiones, que beneficiará a los controles”.
Sin embargo, las observaciones no fueron tan buenas para las inspecciones sanitarias. En el caso de la evaluación a personas se detectó “la ausencia de un trabajo integrado”, que por parte de nuestro país le correspondería al Ministerio de Salud, quien directamente “no tiene presencia en el paso fronterizo”. Para los productos de origen animal y vegetal las tareas de control tampoco se realizan de forma conjunta, ya que “el interés de hacerlo se da únicamente cuando la mercadería entra al propio país”.
Sobre el ingreso de productos agroquímicos prohibidos o de uso restringido, los auditores señalaron que “no se aplican procedimientos de control integrados”.
En lo que respecta a las migraciones, la AGN informó que el trabajo “no está integrado” debido a que en la Argentina es realizado por la Dirección Nacional de Migraciones (DNM) y en Chile por la Policía de Investigaciones (PDI) y ambos entes “no comparten ni complementan información”, solo tienen en común el espacio físico. La Auditoría también señaló como un factor del fracaso en los controles conjuntos del desplazamiento de personas, que cada organismo “tenga una naturaleza institucional” distinta ya que “la DNM es un ente civil y la PDI es policial y maneja información para la seguridad interior de su país”.
Puestos de control de las ACI
Mientras el Complejo Ingeniero Roque Carranza, en Argentina, es “apropiado en cuanto a dimensiones e infraestructura para atender a los vehículos particulares y transportes de carga” que pasan por allí, la AGN manifestó que no ocurre lo mismo con el predio Los Libertadores de Chile. Este centro, que se encuentra en una zona geográfica desfavorable, por estar rodeado de montañas y ser proclive a aludes, “es insuficiente para atender el flujo vehicular”. El interior del complejo, expresaron los auditores, “tampoco es suficiente” por lo que las autoridades chilenas “se ven obligadas a instalar cabinas de control a la intemperie”. Como “la capacidad para alojar personas también es reducida”, la aduana argentina tuvo que hospedar a su personal “en contenedores”, mientras que los del país trasandino lo hicieron en una hostería cercana.
Sobre el área de control del complejo Fronterizo Uspallata, el organismo de control expresó que “es incompleto e insuficiente" porque los camiones con destino a chile tienen una parada en el Centro Los Libertadores y luego son controlados nuevamente por la aduana y el Servicio Ganadero Agrícola “produciendo demoras en la circulación de los vehículos”. Para la AGN esta situación es consecuencia de que “los países no logran ponerse de acuerdo para eliminar o trasladar este control”.
¿Para cuándo lo que falta?
Si bien es cierto que en un informe anterior la AGN había detectado que ningún paso había implementado la ACI, la instalación del control integrado en Cristo Redentor continúa siendo insuficiente para los más de 5 mil kilómetros de frontera. Según consta en el informe de la Auditoría Nacional, se le informó al equipo de auditores que Santa Cruz, Tierra del Fuego y Mendoza son los próximos pasos acordados con Chile, “pero que aún no fueron implementados”. Por su parte, la Dirección General de Política Latinoamericana, que pertenece a la Cancillería, notificó que hay un plan acordado entre ambas naciones “en el que se prevé que ambos estudiaran la extensión de los controles a Sico, San Francisco y Agua Negra”. Sin embargo, los auditores “no tuvieron evidencia sobre la realización de estos estudios convenidos ni de sus resultados”.