Detrás del telón: el Teatro Colón no informó cómo ni en qué gasta su dinero
Son varios los millones destinados a compras y contrataciones que el Ente Autárquico del Teatro no declaró o lo hizo de manera incompleta. La auditoría porteña detectó desembolsos por $ 11 millones que no se justificaron, como así también compras, tickets de restaurantes, taxis y peajes que no se sabía a qué funcionario pertenecían ni para qué espectáculo se utilizaron.
La Auditoría General de la Ciudad (AGCBA) evaluó las compras y contrataciones que realizó el Teatro Colón. Entre las tantas irregularidades se destaca que el ente no informó sobre siete contrataciones directas realizadas por un total de 19,3 millones. Además, pese a los reiterados pedidos, nunca respondió en qué se gastaron los 11 millones de pesos que se transfirieron a la Fundación Teatro Colón, encargada de a apoyar la actividad lírica, coreográfica y sus necesidades operativas.
Según el Teatro, “durante 2010 adquirió el servicio de emisión, expedición y cobro de entradas mediante `contratación directa` por un total de 407 mil pesos”. No obstante, los datos del sistema contable del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el SIGAF, le informaron a la Auditoría que la cantidad de compras bajo esta modalidad era mayor a las declaradas y que el monto total ascendía a 19,7 millones. Es decir, se registró una diferencia no declarada de 19,3 millones. De los 12 expedientes, “la AGCBA sólo pudo acceder a ocho”.
en la que el Colón “no informó la existencia de nueve licitaciones públicas por 19,5 millones de pesos” y la Auditoría porteña se enteró de esto por “los registros del sistema contable”.
La AGCBA tampoco recibió una contestación sobre el pedido de detalle de “las becas y subsidios otorgados por el ente a personas físicas y jurídicas, que para el año 2010 fue de 1,4 millones de pesos”.
Por todo esto, la Auditoría dijo que “el Teatro se demoró en entregar el listado completo de las compras y contrataciones” y que, cuando lo hizo, “la información que remitió estaba incompleta”.
Cajas chicas, no tan chicas
En lo que respecta a la información del uso del dinero de las cajas chicas, la AGCBA se encontró con que tampoco estaba completa. Por un lado, hubo tickets por 154 mil pesos en concepto de gastos telefónicos, restaurants, viajes en taxi, estacionamiento, lavaderos y peajes de los que “no se sabía a qué funcionario pertenecían ni para qué espectáculo se habían utilizado”.
En las cajas chicas especiales, la cosa no anduvo mejor. Según detecto el organismo de control porteño, “se abonaron 20,3 millones en concepto de honorarios de artistas” y entre la documentación había pagos de viáticos y pasajes al exterior. Ante esta situación señaló que “ése tipo de gastos están, según la normativa del Ministerio de Hacienda, restringidos para extranjeros o argentinos residentes en el exterior”. Además la AGCBA detectó un caso en el que se le enmendó el contrato de un artista y por error “terminó cobrando la suma de ambos convenios”.
Según detalla el informe, que evaluó la gestión 2010 y fue aprobado este año, "se gastaron 34,5 millones de pesos para solventar gastos operativos y honorarios artísticos". En este rubro, todos los gastos que excedieran los 3.200 pesos debían ser justificados con documentación que, al menos, demostrara que se había adjudicado a la oferta más conveniente. Sin embargo, "recién en el octavo mes del año el Teatro comenzó a confeccionar los respaldos".
Continuando con las cajas especiales, la Auditoría revisó los gastos operativos para servicios de seguridad y vigilancia, compras de herrajes, equipamiento de oficinas y alquiler de vestuario, que le costaron al ente casi 14,3 millones. En este punto detectó que "las compras se realizaron de forma directa sin aplicar ninguno de los procedimientos que prevé la normativa”. Incluso, la propia Sindicatura de la Ciudad reconoció "la existencia de errores, omisiones e incumplimientos en la gestión".
En escena
Por “la falta de estimación del costo económico de cada espectáculo, el organismo no puede realizar una relación costo-eficiencia”. Por ello los auditores recomendaron, entre otras cuestiones, “formalizar la sistematización de las invitaciones al Teatro” porque “no hay resolución que administre el modo de uso de la reserva de entradas para autoridades”. De este modo, el criterio de utilización queda exclusivamente para la conducción del teatro.
La Auditoría llamó la atención sobre este punto porque “para el 2010 el cupo d era “del 15% de la ocupación de la sala”.