La Auditoría General de la Nación (AGN) advirtió que los equipos a contratar para la Campaña Antártica de Verano son de un alto grado de complejidad y tienen características  desconocidos hasta para los propios oferentes, por lo que “puede ocasionar la intermediación” representantes comerciales “que tornen más costosa la adquisición”. Lo dijo en el marco de una auditoría al Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas (EMCFFAA).

En la Campaña Antártica de Verano se realiza el relevo del personal y se aprovisionan las bases argentinas. El EMCFFAA es quien “se ocupa de la planificación, dirección y ejecución de la actividad logística y, además, del control presupuestario de los gastos que demanda el Comando Conjunto Antártico” (COCOANTAR), que le da forma al plan anual de contrataciones y al proyecto de presupuesto del programa en cuestión.

La AGN observó “un incremento presupuestario debido al financiamiento para alquilar los medios de transporte”, en su informe aprobado en junio de este año, que evaluó la campaña de 2008 a 2009 “por ser la más reciente ejecutada en forma completa”. El presupuesto original para el 2008 fue de un poco más de $73 millones, pero con el transcurso del tiempo debió incrementarse a casi $140 millones, de los cuales se terminaron devengando $131 millones.

Es que para poder realizar la Operación Antártica de Verano se necesita un buque polar, un rompehielos y helicópteros. Inicialmente se utilizaba el buque Bahía Paraíso, hasta que se hundió en 1989, el rompehielos Irízar, que sufrió un siniestro en 2007 y dos helicópteros que se encontraba en la cubierta de éste último.

A raíz de los infortunios, desde el 2007 estos medios de transporte deben ser alquilados. En el período auditado, la empresa que resultó como adjudicataria fue “Transport & Services”. Los auditores detectaron que la firma “no cumplía la previsión de ser representante de empresa extranjera” pero también expresaron que al momento de realizarse la contratación fue “el único oferente que se presentó”.

En el informe, se explica que “los bienes y servicios  necesarios para llevar a cabo la actividad antártica tienen un grado de complejidad poco común en el ámbito de aplicación del régimen de contrataciones de las entidades públicas”.

En su evaluación, la AGN detectó que en “la compra de tanques portables, las características eran desconocidas -hasta- para los propios oferentes que se presentaron al llamado”, o en el caso de un radar Doppler sobre el que “se debieron obtener aclaraciones del fabricante italiano, porque el único oferente no pudo precisarlas”. El organismo de control aseguró que “los objetos de tales contrataciones son propios de un mercado encriptado, en el que la libre concurrencia de oferentes puede ocasionar la intermediación de representantes que tornen más onerosa la adquisición”.

La situación descripta provocó que los auditores recomendaraniniciar las deliberaciones técnicas necesarias para obtener una normativa que permita encuadrar las adquisiciones  con el procedimiento más adecuado”, ni más ni menos que un régimen de contrataciones específico.

Además de lo ya expuesto, en relación a la complejidad de las contrataciones, se suma que “la adquisición de bienes y servicios se efectúa principalmente en el cuarto trimestre –de la campaña-, registrándose allí el 85% del total de las compras necesarias”. Por lo que se genera “una gran concentración de actividades en los últimos meses del año que complica la tramitación de los procedimientos de selección”. De hecho, el plan de campaña, tarea que le corresponde desarrollar al Comando Conjunto Antártico, fue emitido tan sólo “22 días antes del inicio formal de la Campaña de Verano”.