Un informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) dice que en el área de servicios patológicos del Zubizarreta hay mala segregación de servicios contaminantes, mientras que en urgencias falta personal administrativo y un médico orientador. No hay salidas de emergencias en muchas dependencias y sólo existe un baño para personas con capacidades diferentes.

La Auditoría porteña hizo una exhaustiva labor sobre el estado del centro de salud y una de las observaciones que repitió en la mayoría de los sectores fue la falta de salidas de emergencias, fundamentales por ser la ruta más rápida para salir al exterior en casos que así lo requieran. No están implementadas ni en oftalmología, ni en kinesiología, ni en hemoterapia. Anatomía patológica, la sección de odontología, el laboratorio, la farmacia y el quirófano tampoco cuentan con este medio de evacuación rápida, mientras que en pediatría la puerta abre al revés, es decir, para adentro. 

Se analizó además, el estado de las salas de aislamiento, “necesarias, sobre todo para los casos de patologías que se transmiten por vía aérea y que requieren tratamientos que no pueden ser ambulatorios, como en los casos de tuberculosis”. Al respecto, la AGCBA señaló que ni pediatría, ni la división médica, ni internación cuentan con ese espacio. El área de oncología, por su parte, “carece de lugar físico de consulta y espera propio y lo comparte con pacientes con enfermedades infectocontagiosas”.

El informe, aprobado este año, señaló que en la guardia, ubicada en planta baja, “está el único baño para personas con capacidades diferentes de todo el hospital”.

En la sala de enfermería pediátricano se diferencia entre área limpia y sucia”. El primer sector “es el lugar donde se preparan o realizan los procedimientos de atención de pacientes, permite almacenar el material estéril y limpio”, mientras que el segundo “es donde se realiza el lavado del material contaminado”, por lo que, por cuestiones evidentes, ambos espacios “deberían estar físicamente separados y señalados por carteles visibles”. La misma observación se repitió para el quirófano, con el agravante que “el ingreso de personal y pacientes al vestuario se realiza atravesando áreas limpias”.

La auditoría porteña detectó varias áreas del Zubizarreta que tienen problemas con los equipos. Por ejemplo, tanto en la división de cirugía como en otorrinolaringología y dermatología “los equipos no cuentan con mantenimiento”, al igual que en la cocina. Por su parte, en cardiologíano funciona el presurómetro”, que sirve para medir y almacenar datos sobre la presión arterial y la frecuencia cardíaca, y “no hay ningún equipo alternativo” que pueda reemplazar su falta.

Durante el trabajo de campo realizado en el 2011, la AGCBA observó que en el área de servicios patológicos hayuna mala segregación de residuos, lo que puede incidir sobre la salud humana por la exposición a materiales contaminantes, patógenos o vectores sanitarios originados en dicha gestión”. El organismo también expreso que “el gramaje de bolsas que se utiliza no es el adecuado a la normativa”.

En la división de alimentación “no se realizan controles de alimentos los días sábados, domingos y feriados” y “en la semana no se hacen ni para la merienda ni para la cena”, es decir que “no se verifica la temperatura, manipulación y condiciones de higiene” de las comidas en esos días y horarios. Además “el equipamiento es obsoleto y las mesadas no son de acero inoxidable”.

En el área de anatomía patológicafalta ventilación a pesar de los volúmenes de gases emitidos”. En estos servicios, cuenta el informe,  “el formol es una solución muy utilizada y supone la emisión de un contaminante que afecta directamente a la atmosfera del operador”. Para la AGCBA en esta área “falta información y asesoramiento por parte del Ministerio de Salud respecto de los gases emanados”.

Por su parte, en el departamento de urgenciasfalta personal administrativo en el atención y asistencia al paciente yun médico orientador para derivar a la persona que ingresa”. La entrada de ambulancias al sector fue calificada por la Auditoría de la Ciudad como “deficiente”.

Los matafuegos “son elementos vinculados a la prevención de incendios, por lo que no deben faltar ni encontrarse en condición deficiente”. Sin embargo, la AGCBA expresó que hay carencia de ellos en kinesiología, hemoterapia y en consultorios externos. Sobre éste último sector agregó además que “está construido con un sistema de papelería liviana, en condiciones regulares de manutención”. A las salas de salud mental les falta ventilación y los baños públicos del área cuentan con un “regular estado de mantenimiento”.

La farmacia tieneuna deficiente estructura edilicia” en lo que respecta a baños, iluminación  y falta de espacio, entre otras cuestiones. En la sección psicopatológica “los recursos psicofarmacológicos son provistos sin regularidad y variedad por el Hospital y la Dirección de Salud Mental”.

Los Auditores de la Ciudad indicaron que el hospital Zubizarreta “debería facturar y cobrar todas las prestaciones que le realiza a personas que tengan Obra Social”, pero la realidad es que en la práctica ello “se dificulta” porque “en muchas ocasiones el mismo personal no se preocupa por ver si el paciente tiene o no cobertura, por lo que se pierde la posibilidad de facturar esas prácticas”. 

Sobre las tareas de mantenimiento del centro de salud ubicado en el barrio porteño de Devoto, la Auditoría expresó que “no se pueden realizar por debilidades en el pliego de contratación”. Es que el Servicio se encuentra tercerizado a la empresa SEHOS y el contrato “está vencido” (corresponde a la década de los ´70) por lo que “está funcionando por prórrogas”.