En la Aduana de Paso de los Libres, en Corrientes, la Auditoría General de la Nación (AGN), descubrió que varios despachantes acreditados falsifican documentación sobre el destino de los bienes que cruzan la frontera con el Brasil. A este “ilícito recurrente”, se suma que quienes prestan servicios en el puesto no tienen información sobre el avance judicial de 177 sumarios iniciados por el robo de camiones que ingresan al país con mercadería “sin nacionalizar”.

La relación entre ambas observaciones de la AGN tiene que ver con que, a partir de la Resolución 263/90 de la Secretaría de Transporte, se puso en vigencia el Acuerdo de Transporte Internacional Terrestre, que permite el ingreso al país de mercadería destinada a otra nación (por ejemplo, un camión que ingresa a la Argentina desde Brasil, trasladando productos hacia Chile), en el que la intervención de Aduana se limita sólo a controlar la documentación declarada en el país de origen. La mercadería sin nacionalizar no paga derechos aduaneros, por eso el organismo de control alerta en su informe sobre la posibilidad de que, ante la cantidad de robos de camiones que cruzaron por Paso de los Libres, se esté comercializando en el territorio nacional productos que no están registrados ni abonaron tasas aduaneras.

Otras falencias que presenta el puesto aduanero de Corrientes es que no tiene scanners para controlar a los más de mil camiones que cruzan la frontera por día. Y, en materia de tráfico de drogas, tampoco cuenta con un software de inspección y sólo hay un perro entrenado para prestar ese servicio. Además, entre las observaciones de AGN figuran irregularidades en la fiscalización y seguimiento de sumarios, desorganización del archivo y falta de la infraestructura para realizar controles de tráfico de turistas en períodos pico de tránsito.

Según el organismo de control, la dependencia no tiene elaborada una “matriz de riesgo” a la hora de detener vehículos para hacer sus controles, y se guían por el “olfato o la intuición aduanera”. Además, la dependencia registra un “retraso en materia de donaciones y destrucción de mercadería confiscada”, y, si bien desarrollaron una máquina destructora de cigarrillos, casi no la usan y prefieren la incineración, que “no es recomendable por cuestiones de contaminación del medioambiente”, agrega el estudio de la AGN. Por otra parte, el área de resguardo no tiene una fosa para revisar el piso de los vehículos.

A pesar de que los cortes de luz en Paso de los Libres son recurrentes, la Auditoría detectó que durante su trabajo (2005-2006), no se asentaron en un registro las caídas del sistema informático María (SIM) con el que la Aduana controla el destino de importaciones y exportaciones. El SIM deja de funcionar unas siete horas por semana y, cuando se corta la luz, “no se pone en uso ningún otro mecanismo” de fiscalización, dice la AGN, sino que se espera a que vuelva el servicio eléctrico.

El organismo de control detectó varias irregularidades en otras aduanas del país. “No se aplican en su totalidad los procedimientos de control estipulados por las normas, en especial en el tráfico de exportación, por la falta de infraestructura”, remarcó. Además, dice la Auditoría, “existen problemas de recursos humanos, en cantidad y capacitación, en todas las aduanas auditadas”. Estas falencias, según el informe, posibilitarían ilícitos en operaciones de exportación e importación porque, bajo la figura del tráfico vecinal fronterizo, aquel que autoriza a los habitantes de zonas limítrofes a traer mercadería de los países vecinos para uso personal, sin registros y sin pagar los derechos correspondientes, se “abriría la puerta al ‘contrabando hormiga’, sobre todo en los territorios lindantes con Paraguay y Brasil”.

Por otro lado, el sistema María no tiene un mecanismo para seguir la circulación de los camiones “en lastre”, o vacíos. Durante el trabajo de la AGN entraron al país desde la aduana de Mendoza 120 mil camiones sin ningún tipo de mercadería y salieron 18 mil.