A partir de las “limitaciones al alcance” de su trabajo, y las “incertidumbres” detectadas, la Auditoría General de la Nación (AGN) debió abstenerse de opinar sobre los estados contables de Aerolíneas Argentinas correspondiente al ejercicio 2008.

La abstención de opinión es un dictamen en el que los técnicos no pueden valorar si los índices económicos y financieros del ente auditado, en este caso la línea de bandera, son razonables. Dentro del espectro de conclusiones en el que trabaja la AGN, la abstención se ubica en el extremo negativo, junto a los dictámenes adversos, mientras que del otro lado figuran los informes con salvedades -donde hay excepciones que impiden un juicio totalmente positivo-, y los favorables. No obstante, la Auditoría no fue la única que tomó esa decisión con respecto a Aerolíneas: una consultora privada, Price Waterhouse y Co SRL, llegó a la misma opinión profesional sobre los estados contables 2007.

Para la AGN, una de las limitaciones que enfrentó fue que en 2008 “no se observaron controles suficientes” que permitieran la “detección y corrección oportuna de errores” porque la empresa, que fue rescatada financieramente por el Estado en septiembre de ese año, no contó con una unidad de auditoría interna.

Los estados contables de Aerolíneas señalan que al 31 de diciembre de 2008 se registraron pérdidas por $ 2.884 millones. Una cifra que, si se suman los saldos negativos de ejercicios anteriores, alcanza los $ 3.875 millones.

La línea de bandera enfrenta una serie de demandas en su contra. Sobre esto, la Auditoría dice: “No hemos contado con información suficiente a fin de validar los parámetros utilizados por la Sociedad (Aerolíneas) a los efectos de la cuantificación y suficiencia de los montos previsionales”. Esto quiere decir que el organismo de control no pudo determinar cómo hace la empresa para calcular cuánto dinero debe estipular para los causas que afronta. Además, se detectó que “la administración de la cartera de juicios está descentralizada y la información generada por cada sucursal no es consolidada en casa central”. No obstante, el organismo de control apuntó que son “aproximadamente 2.300 causas de diferente magnitud, de las cuales se encuentran cuantificados 1.363 reclamos por $ 305.942.675”.

El inventario de repuestos, por su parte, arroja un saldo contable de $ 116.977.260, aunque “no pueden identificarse los bienes que conforman” esa cifra, porque el listado no está respaldado por un “inventario físico valorizado”.

La AGN añade que, para el caso de los Billetes Pendientes de Utilización, Aerolíneas no cuenta con un sistema que permita respaldar la cifra del balance, de $ 479,8 millones.

Pasivo

Dentro del pasivo de Aerolíneas, el informe de la Auditoría resalta que la empresa afronta dos reclamos, impulsados por Aeropuertos Argentina 2000 y la Agencia de Recaudación de la Provincia de Buenos Aires (ARBA) que suman $ 656 millones.

Por un lado, la concesionaria de las terminales aéreas reclama el cobro de diferencias cambiarias en la tasa aeronáutica para vuelos al exterior. Son unos $ 296 millones que podrían incrementarse por intereses, honorarios y costas.

Y, por el otro, ARBA reclama $ 360 millones por el impuesto a los ingresos brutos al transporte internacional de pasajeros; una causa que, al momento de la realización del estudio de la AGN, se encontraba en “distintas etapas procesales”.

Transferencias

Aerolíneas volvió a ser administrada por el Estado Nacional en 2008. Hasta el 31 de diciembre de ese año se registraron transferencias de fondos por $ 931.556.682 para hacer frente a erogaciones corrientes. El año pasado, esa cifra se incrementó a $ 3.140.892.648 que fueron afectados a remuneraciones, combustibles, y otros gastos operativos.

Este ejercicio, en tanto, el Presupuesto Nacional habilita la emisión de letras para comprarle aviones a las empresas Airbus y Embraer.