Mantenimiento de escuelas porteñas ¿qué observó la AGCBA?
Aulas a las que se accede por un camino a la intemperie, revestimiento de paredes que podrían generar raspaduras, salientes de hormigón en el patio cuyos bordes resultan peligrosos para los niños y cables sueltos sin remover. Así están las escuelas y jardines en la Ciudad de Buenos Aires.
Las observaciones se desprenden de la evaluación que hizo la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) en el ámbito de la Dirección General de Infraestructura, Mantenimiento y Equipamiento. El organismo de control evaluó 12 contrataciones, por un total de casi $37 millones. De las obras "cuatro fueron a través de licitación pública, seis de privada y dos fueron ejecutadas por medio de los mecanismos previstos en el decreto 556/10, es decir, por compra directa".
"Los revestimientos utilizados en las paredes interiores y en el piso del patio exterior son de textura rugosa y áspera que provoca raspaduras", fue una de las advertencias del organismo de control sobre la Escuela Infantil Nº 11 DE 20. Se agrega que "hay un saliente de hormigón cuyos bordes tienen ángulo recto, resultando peligrosas para los niños".
En la Escuela Especial de Recuperación 21 DE 21, ubicada en Villa Lugano, se detectó que en el área donde se realizó una ampliación, "la instalación de gas está sin conectar". En consecuencia, "al mes se interrumpió la provisión y los alumnos debieron higienizarse con agua fría en un ambiente con baja temperatura".
El aula de docentes "presenta una gran mancha de humedad en el techo, desde la que filtra agua cuando llueve". El informe, que evaluó el 2015, también documenta que "en la escuela las puertas de acceso abren hacia adentro obstaculizando el sentido obligatorio del edificio en caso de evacuación".
En la Escuela Inicial Nº 15 DE 19 "las aulas modulares están dentro del predio y para acceder a ellas hay que atravesar pasillos a la intemperie sin ninguna protección en caso de lluvia". Además, las rampas no cumplen con lo exigido por normativa vigente". Se ejecutaron obras para dos aulas modulares y un sanitario pero "no se terminaron y están en estado de abandono".
Sobre el Jardín Mitre DE 9, ubicado en Dorrego al 3700, el equipo de la AGCBA señaló que "hay cornisas y ornamentos rotos, sin restaurar, en la cara este del edificio". Al respecto, el auditado prometió "considerar el tratamiento y la realización de todos los trabajos necesarios para la reparación de la fachada".
Se habían observado "grietas y fisuras en las paredes que fueron pintadas sin reparar ni sellar y manchas de humedad, hongos y suciedad".
Respecto a las cuestiones administrativas, "se evidenciaron deficiencias en lo que respecta al control interno y a los circuitos de articulación con la Dirección General de Administración de Recursos", área también dependiente del Ministerio de Educación.
Finalmente, sobre el cumplimiento de los procesos licitatorios, en sus conclusiones, la Auditoría destacó que "para que la implementación del Expediente Electrónico sea eficiente es necesario que toda la documentación requerida por los pliegos licitatarios se adjunte al expediente principal de manera legible y ordenada".