Un nuevo informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) muestra la situación del Hogar de Ancianos Dr. Alejandro A. Raimondi y coincide con la de otros centros evaluados: problemas con las cantidades de alimento servido, falencias edilicias como humedad y filtraciones, falta de capacitación del personal y recursos humanos insuficientes. 

El Hogar Raimondi está ubicado en la ciudad costera de Necochea y tiene capacidad para alojar a 286 ancianos, de ambos sexos, que puedan valerse por sí mismos o que dependan de un tercero para desarrollar actividades normales de la vida diaria. 

Pese a estar ubicado en la provincia de Buenos Aires, la institución está bajo la órbita de la Subsecretaría de la Tercera Edad del Gobierno de la Ciudad y una de observaciones realizadas por el organismo de control está relacionada con este punto. Es que se detectaron “ingresos de residentes por solicitud de la Municipalidad local pese a estar fuera del encuadre normativo”, ya que solo pueden asistir a la residencia ancianos que tengan domicilio en la Ciudad de Buenos Aires.

Sobre los ingresos, las autoridades “desconocen la existencia de un convenio celebrado con PAMI que les permitiría facturar la cápita correspondiente a los afiliados a esa obra social”.

Este hogar no es la excepción de la constante insuficiencia de profesionales en los centros de tercera edad que la Auditoría viene detectando. Puntualmente la deficiencia en el Raimondi “es de clínicos, psiquiatras y enfermeros”. Es importante señalar que durante Agosto de 2013 “se incorporó un psiquiatra tres veces por semana pero sin guardia permanente”.

Tampoco son suficientes los consultorios a fin de centralizar la asistencia de todas las especialidades. A esta situación se suma la falta de capacitación. El equipo de la AGCBA “no pudo verificar que se hayan implementado medidas que promuevan a la instrucción del personal a partir de cursos o talleres para aprender y unificar saberes sobre la atención de la tercera edad”.

Del informe, aprobado en marzo de 2014, se desprende que “apenas el 33% de los agentes recibió capacitaciones durante el 2012 (año auditado)”. Sobre el requisito de contar con 20 horas de aprendizaje anuales, “nada más que el 7,3% del personal cumplía con esa condición”.

Sobre la alimentación que reciben estos abuelos la Auditoría realizó algunas observaciones. “En relación a los gramajes servidos comparados con los recomendados, se encontró que el pescado y el flan servido presentan cantidades menores a las requeridas mientras que la porción de papa con perejil es mayor a la estándar”, señaló el informe. En consecuencia, “hay un menor aporte de nutrientes con proteínas de alto valor biológico y un exceso de aporte de hidratos de carbono, convirtiendo a la alimentación en disarmónica”.

No es casual que “en todos los expedientes de pagos analizados por la AGCBA haya una ausencia de normas o lineamientos para la prestación alimentaria que permita determinar cuáles son las características del servicio contratado y las condiciones que lo regulan”. Ante esta situación el Hogar se ve “imposibilitado de realizar reclamos o imponer sanciones ante incumplimientos".

La AGCBA evaluó un 20,63% de los pagos realizados que representan un total de $5,5 millones. "En todas las carpetas de pago se verificó la utilización de un decreto que constituye una modalidad de abono para gastos de imprescindible necesidad no para procedimientos de contratación". Para el organismo de control esta situación resulta por demás llamativa ya que se utiliza un método excepcional para una actividad que se desarrolla desde 1991.

El Hogar

La institución está ubicada en un edificio histórico, con más de 80 años, ubicado frente al mar. El paso del tiempo y la falta de mantenimiento causan “humedad y filtraciones en diferentes sectores”. También se registraron falencias en los baños ya que “muchos están fuera de servicio por filtraciones, falta de plafones para las luces, ausencia de griferías, solo por nombrar algunas”. 

Farmacia 

Este sector es el encargado de realizar de forma continua el movimiento y el suministro de la medicación. Aquí también el equipo auditor observó "debilidades" que "impiden realizar un adecuado control de los medicamentos". Entre ellas se destaca "la ausencia de un farmacéutico a cargo".

Con las recetas ocurre algo particular y es que "no especifican las cantidades prescriptas del medicamento lo que impide verificar que las dosis entregadas son las recomendadas".