Córdoba.- Ayer ingresó al Concejo Deliberante de la ciudad de Córdoba un dictamen del Tribunal de Cuentas Municipal que rechaza, por unanimidad y en durísimos términos, la cuenta general del ejercicio 2009, correspondiente al segundo año de la gestión del intendente Daniel Giacomino.

El rechazo se fundamenta principalmente en que los estados contables enviados por el Ejecutivo no reflejan la realidad económica del municipio, ya que omiten gastos del ejercicio, como el correspondiente a los sueldos del mes de diciembre último, con la supuesta intención de "alterar el cálculo porcentual de la incidencia de la carga salarial en relación a los recursos efectivamente ingresados", dice el dictamen, en referencia al tope del 60 por ciento fijado por ordenanza.

Además, a lo largo de más de 300 páginas, el dictamen recalca la existencia de un déficit operativo creciente y de un marcado incremento de la deuda municipal, que asciende según los vocales del Tribunal de Cuentas a 565,6 millones de pesos entre la consolidada y la flotante.

Otro de los puntos señalados con especial énfasis es que las afectaciones de créditos presupuestarios para ejercicios futuros crecieron un 1.191 por ciento, totalizando 2.506,6 millones de pesos en la próxima década.
También se destacan los saldos bancarios negativos y un resultado también negativo de 20,9 millones de pesos en el patrimonio neto municipal.

Situación inédita. El rechazo unánime del Tribunal de Cuentas a una ejecución presupuestaria es una situación inédita, correspondiente a una realidad política más que adversa para el Ejecutivo: el intendente Giacomino no cuenta con un sólo vocal propio en el organismo que debe legitimar sus actos administrativos.

El dictamen corresponde a los tres vocales del Frente Cívico, Mario Agüero, Juan Testa y María Fernanda Leiva, y a los dos radicales, Ernesto Aracena y Alfredo Sapp. Al momento de ofrecer su "opinión desfavorable" y rechazar la cuenta general del ejercicio 2009, todos recalcaron que "más allá del análisis efectuado, el cálculo importa por sí una grave irregularidad por parte del Departamento Ejecutivo que demuestra (...) reprochable ligereza y falta de rigor técnico y de transparencia en el manejo de la hacienda pública".

Los vocales radicales agregaron una larga lista de reproches a Giacomino. Sostienen que aplica una "contabilidad creativa" –existe una diferencia de 506 millones de pesos entre los ingresos presupuestados y lo realmente recaudado– y que hay "evidencias de improvisación e irresponsabilidad en el modelo de gestión municipal".

El capítulo correspondiente a la deuda municipal es uno de los más duros del dictamen. Sostiene que el pasivo creció un 22 por ciento en el transcurso de 2009 –sin contar los montos correspondientes a los sueldos de diciembre– y pinta un panorama muy comprometido para los próximos ejercicios: este año el municipio debe pagar 391,6 millones de pesos y en 2011 serán 255,5 millones.

El sucesor de Giacomino ya tiene comprometidos unos 240 millones anuales durante todo el período y quien asuma después también tendrá una factura de al menos 220 millones al año durante toda su gestión por las deudas que existían al 31 de diciembre del año pasado.

El resultado económico del ejercicio 2009 evidencia un déficit de 64,8 millones de esos, sin contar los sueldos de diciembre, que suman 70 millones de pesos y no se incluyeron en el cálculo oficial.

El Tribunal de Cuentas también cuestiona el manejo del Fondo de Obras Públicas (FOP), que debía constituirse para la cancelación de obligaciones originadas en la contratación de obras públicas. Dicho fondo debía contar en diciembre de 2009 con 38,5 millones en una cuenta bancaria especial que apenas recibió 331 mil pesos. "Esto constituye una clara violación a lo establecido por la ordenanza 11.476", dice el escrito, que además solicita la inmediata restitución y depósito de los fondos en cuestión, que fueron destinados a gastos corrientes.