El Instituto de Capacitación Parlamentaria (ICaP) de la Cámara de Diputados de la Nación organizó un conversatorio sobre “Prácticas, iniciativas y desafíos de la buena gobernanza”. La exposición estuvo a cargo del contador público Aníbal Kohlhuber, quien cuenta con una larga trayectoria en entidades fiscalizadoras superiores y hoy se desempeña como asesor del presidente de la Auditoría General de la Nación. 

Durante la presentación, Kohlhuber definió a la gobernanza como "un concepto amplio que incluye procedimientos, funciones e instituciones que intentan acercarse más profundamente a la ciudadanía” y sostuvo que tiene tres grandes pilares: liderazgo, planeamiento y análisis de riesgo, y la rendición de cuentas y el control. "Si no hay una sólida gobernanza quedamos solo en herramientas", añadió. 

Sobre el planeamiento como pilar remarcó que es el que "le da sentido a una gestión”, ya que muchas organizaciones establecen estos lineamientos en base a sus fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas. A su vez destacó las experiencias de la AGN y la SIGEN en este campo, sin embargo aseguró que lo que más le interesa de estos casos “es la evaluación constante que se hace sobre el plan”.

El legislativo como contralor  

Consultado por el rol del parlamento en el proceso de control, el contador manifestó que "en todos los países cumple un rol fundamental sobre todo en la rendición de cuentas” y que su acción y capacitación son importantes para promover las herramientas de la gobernanza.

"Las sociedades en las que estamos viviendo exigen más cercanía de los funcionarios respecto a la comunidad”, explicó y agregó que esto se traduce en “el sostén del sistema que todos queremos, la democracia”.

Kohlhuber destacó los casos de Uruguay y Costa Rica como ejemplos a seguir al considerar que implementaron acciones que le dieron solidez a las instituciones.

Sobre cómo logra la gobernanza generar mayor confianza pública, Kohlhuber señaló que “todos estos mecanismos tienen sentido en la medida que funcionen, le den un resultado a la gente y se vea plasmado en el día a día”. En este sentido reconoció como ejemplo a Uruguay y Costa Rica “porque son referentes, tomaron ciertas acciones que le dieron solidez a las instituciones con una mirada hacia el futuro”. 

El funcionario también explicó que el acercamiento de la ciudadanía y el control además se da gracias a la Organización Internacional de Entidades Fiscalizadoras Superiores (INTOSAI), quien estableció un estándar que marca un rumbo sobre cómo darle valor a las acciones de los organismos de control. 

Kohlhuber recordó producto de la crisis de 2001 “la AGN empezó a abrir sus oficinas para que las asociaciones civiles participen de los planes de acción” y destacó que esto ayudó en varios casos, como por ejemplo para combatir el mal de chagas. “Hoy no concibo un organismo de control alejado de la ciudadanía y cada día se necesita más”, sentenció.

El control en tiempos de pandemia

Por último, se refirió a cómo la gestión y el control se tuvieron que adaptar a una nueva modalidad como consecuencia de la pandemia. “Nos encontramos de la noche a la mañana con una situación inédita y aprovechamos las posibilidades de la virtualidad”.

Sobre este punto resaltó que las entidades fiscalizadoras “han hecho un gran esfuerzo para mejorar sus sistemas, despapelizar y poder realizar las sesiones de forma remota”. Kohlhuber señaló que más allá de toda circunstancia “el control debe seguir fuerte”.