No hay estadísticas precisas, pero la ola de divorcios que se preveía para cuando terminara o disminuyera la pandemia no ha aparecido

Fue una problemática que se extendió por el mundo. Ocurre que en estos días Europa está padeciendo una segunda ola del virus y varias mutaciones. Puede llegar a Latinoamérica, es casi inexorable. La aparición de las vacunas no evita la ansiedad colectiva. Las naciones pueden volver a clausurar las fronteras.

Neurólogos y psicólogos alertaron sobre el crecimiento exponencial tras meses y meses de encierro de abundantes problemas psicólogos en la población. En muchos casos graves, que necesitaron atención urgente en centros especializados. Pero los médicos no se refirieron a las repercusión de la clausura en las relaciones maritales entre las paredes donde se alojan. No es un asunto lejano y sin importancia.

La gravedad de los cuadros afectivos plenos de tensión persistente surge a partir de desentendimientos cuando se convive 24 horas durante meses en departamentos chicos, donde no hay intimidad ni rincones en las grandes ciudades donde cada cual desarrolle sus actividades o sus estudios, aunque la dimensión del hábitat no cuente en demasía en determinados casos. Hay problemas irresueltos que se arrastran desde hace tiempo.

Los bares y restaurantes permanecían con las cortinas bajas, se podía caminar pocas cuadras y eso hacía crecer la intolerancia porque los miembros de la pareja no podían despejarse. Todo se agravaba si tenían niños pequeños o adolescentes en espacios reducidos.
 
Es que la crisis económica ha disuadido a la pareja con conflictos. La situación es grave en todo el planeta. En algunas naciones es una catástrofe. Impera un achique. En los presupuestos compartidos por las parejas pesan las actividades escolares, los tratamientos médicos u odontológicos cuando no hay cobertura porque 
son trabajadores independientes o profesionales universitarios

Las consultas privadas a los abogados conocidos o recomendados se produjeron en la primera época de la peste. Las decisiones de separaciones eran un hecho seguro. En ciertos países sólo hubo un alza de menos del 20% de divorcios que en el 2019. Todo se desinfló. Los divorcios no han experimentado cambios relevantes porque tampoco se achicaron las medidas para reducir la pensión de alimentos a los hijos por parte de los divorciados en años anteriores. Las separaciones son una problemática social no sólo de una pareja.