La pandemia dejó al descubierto un montón de situaciones, como por ejemplo la relación del hombre con el ambiente: que un río se vea más claro significa que la actividad y la circulación de las personas en los parámetros que conocemos normales, lo daña.

El hecho de que las industrias estuvieran frenadas casi en su totalidad durante dos meses hizo que se redujera la contaminación tóxica, sin embargo, existen otros hábitos propios de la vida cotidiana que pueden seguir afectando los recursos naturales.

“Una situación de pandemia no supone ventajas para nadie y mucho menos para temas ambientales, pero sí queda claro que un gran número de las actividades del hombre lo dañan. Eso se hace evidente cuando la economía decae y el planeta tiende a mostrar mejoras”, analizó en diálogo con este medio, Andrés Nápoli, director ejecutivo de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), que recientemente publicó su informe ambiental 2020.

“Que el control de la autoridad ambiental esté en suspenso hace que no sepamos qué está sucediendo en el territorio”, señaló Nápoli.

En ese sentido, Nápoli explicó que “cualquier indicador que surja en este momento solo tendrá carácter transitorio y no podrá llegar a tener validez para la medición de parámetros ambientales”.

Pero más allá de los factores contaminantes o las reacciones ambientales en este contexto, el confinamiento postergó al sector. “Todas las políticas públicas y las acciones climáticas a nivel global están retrasadas, las conferencias de cambio climático suspendidas e incluso las actividades de control”, agregó el referente de FARN y completó: “Que el control de la autoridad ambiental esté en suspenso hace que no tengamos datos actualizados, ni información y que no sepamos que está sucediendo en el territorio”.

El color del Riachuelo

Durante abril, cuando la cuarentena apenas llevaba una quincena o menos, aparecieron algunos artículos referidos al estado del Riachuelo, que indicaban que un grupo de personas había visto un cardumen de peces y tortugas.

Según pudo averiguar este medio con fuentes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, eso es normal. De hecho, sucede generalmente cuando hay sudestada y el Río de la Plata se eleva, generando una “burbuja de oxígeno” en la Vuelta de Rocha que provoca que los peces permanezcan ahí.

Lógicamente, el cese de las actividades industriales disminuyó la contaminación tóxica, pero no quiere decir que haya mermado en su totalidad. Por el contrario, al estar las personas que viven en la cuenca todo el tiempo en su casa producto del confinamiento, se generó más presión de desechos cloacales que llegan al Riachuelo a través de los arroyos.