No hablo. Pienso. Nunca supe hablar. Vos tampoco. No saber hablar es como juntar letras y que, por magia o azar, se hagan palabras.

Nunca supimos hablar y ahora te digo: “Entonces, ayer, tal vez, no, no, no”.

Y vos me contestás: “Sí, mañana, puede ser, sí, no, mmmm”

Te interrumpo afirmando: “Tiempo, vos, yo, yo, yo, lunes”

Movés la cabeza y decís: “Espacio, ausencia, vos, yo, yo, yo”

Los dos al unísono: “Piel, silencio, yo, nadie, yo, yo. Fue”

No, nunca supimos hablar.