El pueblo argentino tiene múltiples confrontaciones. Verano o invierno, asado o vacío, unitarios o federales, con dulce de leche o con pastelera. Pero un tema en el que la grieta se cierra indistintamente es cuando hablamos de deporte nacional. No importa a qué juegue el o la compatriota que estamos viendo, si representa a Argentina queremos que gane.

Para alcanzar la grandeza deportiva, se sabe, hace falta cubrir muchos aspectos. Descanso, alimentación, perseverancia y entrenamiento, al menos como base. En un país en el que la gran mayoría de los deportes se practican de forma amateur, la presencia y asistencia del Estado para sostener y fomentar atletas de primer nivel es esencial. 

Es por esto que la gestión de las distintas becas deportivas que existen a nivel regional y nacional debe controlarse y fortalecerse, para llegar de mejor manera y a más argentinos que se destaquen en su pasión y a espacios en los que se desarrollen.

Las encargadas de llevar adelante las tareas de convocatoria, selección, otorgamiento, pago y seguimiento de las becas son la Secretaría de Deportes de la Nación y la Agencia de Deporte Nacional. La Auditoría General de la Nación (AGN) revisó su gestión durante los años 2017, 2018 y el primer trimestre de 2019.

Entre los hallazgos se destacaron los legajos incompletos de diversos atletas y se constataron pagos posteriores a la finalización de las becas con retrasos de hasta 613 días corridos.

Legajos incompletos

Durante el período auditado, la Secretaría de Deportes desarrolló sus acciones bajo la órbita de dos jurisdicciones distintas. Inicialmente dentro del Ministerio de Educación y Deportes, luego pasó a la Secretaría General de la Presidencia de la Nación. Por último, fue reemplazada por la Agencia de Deporte Nacional, un organismo descentralizado y autárquico también en el ámbito de la Secretaría General de la Presidencia de la Nación.

Estos cambios no fueron acompañados por la respectiva readecuación normativa, lo que generó no solo demoras en términos de cumplimiento de sus responsabilidades primarias, sino también problemas relacionados con el correcto respaldo documental y de rendición de cuentas.

En los legajos faltaba el acto administrativo de otorgamiento de beca.

Por ejemplo, los legajos de los becarios no contaban con la documentación necesaria para su otorgamiento y seguimiento, y los expedientes de pagos de becas estaban "incompletos, desordenados y con documentación que no se correspondía con los mismos".

Entre distintos datos, según el informe, en los legajos faltaba el acto administrativo de otorgamiento de beca, que establece el importe, el plazo de asignación y la periodicidad de la misma.

Las distintas falencias en lo administrativo impiden efectuar el seguimiento del cumplimiento de las obligaciones de los becarios y determinar el grado de avance de los objetivos del programa, esto repercute tanto en la eficiencia de la gestión como en la detección de talentos.

El dinero no es todo, pero…

En cuanto al factor económico, el informe detalla falencias en distintos aspectos. En primer lugar, durante el período auditado el organismo no contó con un mecanismo de actualización en los montos de las becas, lo que dificulta la posibilidad de los becarios de mantener el poder adquisitivo y, consecuentemente, afecta el objetivo para el cual fueron creadas las mismas, pudiendo perjudicar el entrenamiento, la preparación y el rendimiento deportivo de cada atleta.

Por otra parte, la Auditoría expuso que “se utilizó un procedimiento informal para el seguimiento de los pagos rechazados”, esto se debe a que se realizaba a partir de anotaciones manuscritas en los reportes emitidos por el Banco de la Nación. Además, se constataron pagos posteriores a la finalización de las becas con retrasos de hasta 613 días corridos, más de un año.

Se otorgó el mismo monto a todos los clubes solicitantes, sin calcular si era excesivo o insuficiente en cada caso.

Con respecto a los subsidios de Clubes de Barrio y de Pueblo, no se controló si la solicitud emitida por los espacios se adecuaba a la necesidad real de cada entidad, ni se constató la forma empleada para presupuestar el monto del subsidio. Asimismo, se otorgó en todos los casos analizados el mismo monto, lo que podría ocasionar que la cantidad de dinero asignada sea excesiva o insuficiente para resolver las necesidades de cada club.

Por último, en relación con las rendiciones de cuentas de los subsidios otorgados se verificó el incumplimiento del plazo impuesto para su presentación por parte de los beneficiarios. Si bien el plazo establecido era de 120 días, las demoras verificadas fueron de entre 22 y 223 días en el caso de los subsidios para Juegos Nacionales y Regionales, y de entre 229 y 354 en el de los Clubes de Barrio y de Pueblo.