En Argentina, las mujeres dedican más horas de su tiempo a trabajos no remunerados que los varones. La asimétrica distribución de responsabilidades al interior del hogar tiene un impacto negativo en las trayectorias laborales de las mujeres. Se trata de un escenario injusto que limita el desarrollo profesional, la inserción laboral y reduce dramáticamente las posibilidades de participación en espacios políticos o sindicales. 

En concreto, las principales problemáticas que atraviesan a las mujeres en el mundo del trabajo son las mayores tasas de inactividad, informalidad, intermitencia laboral y subcontratación. Es lo que se conoce como penalización laboral y que se agrava exponencialmente para las madres jefas de hogar.

“Cuidar tiene un costo y mayoritariamente lo asumen las mujeres que son quienes más dedican su tiempo a las tareas del cuidado”, advirtió la vicepresidenta de Fundación Éforo, Carla Pitiot y resaltó la importancia de ampliar las licencias parentales.

Precisamente, la maternidad juega un papel importante en la aparición de las brechas salariales; y no sólo entre varones y mujeres, sino también entre las mujeres dependiendo de si son o no madres. Los desafíos y obstáculos adicionales que enfrentan en sus trayectorias laborales se intensifican por el impacto de la maternidad. Ser o no ser madre modifica radicalmente la relación con el mundo del trabajo, amplificando las desigualdades preexistentes entre varones y mujeres, y, a su vez, entre mujeres madres y no madres.

En este sentido, Pitiot precisó que “las dificultades y/o interrupciones que tienen las mujeres en su trayectoria laboral, por ejemplo por la maternidad, se conocen como escaleras rotas”, refiriéndose a ese trayecto que las mujeres recorren, pero que sucede algo en la vida que frena o inclusive revierte lo conseguido hasta ese momento en el ámbito laboral.

Las desigualdades fueron registradas por el Primer Informe sobre Endeudamiento, Género y Cuidados en la Argentina 2023, elaborado por la CEPAL y el Ministerio de Economía. Allí se evidencia que en 7 de cada 10 hogares de menores ingresos donde la mujer es jefa de hogar se recurrió a un tipo de financiamiento para suplementar los ingresos del hogar. Misma situación se da para las trabajadoras informales, donde el 69.2% solicitó financiamiento, mientras que para la mujeres con trabajos formales fue del 49.5%. En particular, “el 64.5% de las mujeres con niños, niñas y adolescentes declaró haber recurrido a financiamiento”, y el 70% de estos casos se endeudaron para comprar comida.

“Criar hijos es un hecho de amor, pero tiene un costo”, señaló la vicepresidenta de Éforo y comentó que el Indec presentó el índice crianza justamente para medir ese costo. Se trata de una herramienta impulsada por el Ministerio de Economía que sirve para tener un valor de referencia al momento de saber cuánto destinan las familias, y sobre todo, las mujeres de hogares monomarentales, a alimentar, cuidar, trasladar y vestir a los hijos e hijas.

La investigación de Éforo

Desde Fundación Éforo, a través del informe Impacto de la maternidad en las trayectorias laborales de las mujeres en Argentina, nos proponemos investigar la penalización laboral que aún persisten para las mujeres madres en el mundo del trabajo. Vamos a indagar sobre los efectos reales de la mayor carga de trabajos no remunerados en las mujeres, que condicionan el desarrollo social y económico y consolidan una brecha salarial no solo entre hombres y mujeres, sino también entre mujeres madres y mujeres no madres.

Abarcando la serie 2003-2022 con datos publicados en la EPH por el INDEC, comprobamos una persistente diferencia porcentual en los salarios generales de las mujeres de 27 puntos porcentuales por debajo de los ingresos medios de los varones en los últimos 20 años. A pesar de que en las últimas décadas la participación laboral femenina y el nivel de educación de las mujeres mejoraron, los salarios aún se encuentran por debajo de los hombres. Esto se expresa concretamente en una brecha salarial que implica que “por cada $100 que gana un varón, la mujer percibe $73, en promedio”.

Pero si nos detenemos a observar, esta brecha no es igual para todas las mujeres. En realidad, la maternidad amplifica las desigualdades también entre las propias mujeres: “las mujeres madres están más atrás que las mujeres sin hijos/as. Así, la inactividad de las madres (37%) casi duplica a la de las mujeres sin hijos/as (21%).”Incluso existe una peor situación para las mujeres madres jefa de hogar que se explica, fundamentalmente, por la casi total carga de trabajo doméstico y responsabilidades de cuidado que conlleva el funcionamiento del hogar”, aclara el informe.

Entre algunas de las conclusiones más relevantes destacamos que la configuración del hogar sí importa al momento de diseñar políticas públicas: distintos tipos de hogares lleva a distintas situaciones sociales y económicas. En este punto subrayamos que mientras “es más probable encontrar mujeres inactivas en hogares biparentales que en las otras configuraciones, las mujeres que viven solas con sus hijos/as registran los más altos niveles de informalidad laboral”, concentrados principalmente en el rubro de servicio doméstico. 

Si comparamos esta última variable entre mujeres con y sin hijos/as se ve con claridad la diferencia entre los porcentajes, “mientras que para las mujeres sin hijos/as la informalidad alcanza el 30%, para las mujeres madres rondan en promedio el 40% para todas las configuraciones de hogar”. La informalidad afecta más a las mujeres jefas de hogar que son madres porque tienen una mayor carga de responsabilidades de cuidado y trabajos domésticos no remunerados, y se ven obligadas a recurrir a empleos con horarios flexibles y/o trabajos de tiempo parcial, lo cual repercute en menores ingresos.

Brecha entre mujeres con o sin hijos/as

¿Existe una brecha salarial entre mujeres con y sin hijos? Si miramos los últimos 20 años, concluimos en el informe que sí existe una brecha salarial en las que “las madres perciben, en promedio, un salario horario menor que las mujeres sin hijos/as. Y para las madres que no viven en pareja, el salario es aún inferior”. Lo que, a su vez, confirma que las mujeres que viven solas y no son madres, perciben los salarios más altos para las mujeres.

Pero donde más se hace evidente la brecha salarial es en el sector informal donde se “percibe la mitad de lo que gana una persona por hora en un empleo formal”. Esta situación se agrava aún más para las mujeres que son madres. Pero la mayor penalización por maternidad recae en las mujeres jóvenes (entre 18 y 29 años) que no conviven en pareja, “ellas son las que tienen los salarios más bajos del mercado laboral”, destaca el informe.

Como conclusión de la investigación, destacamos que ningún indicador socio- laboral analizado resultó favorable para las mujeres madres, siendo la situación de las jefas de hogar entre 18 y 29 años madres la de mayor precarización y vulnerabilidad en la actualidad. Por eso es importante ver que el estado crítico del mundo de trabajo es el reflejo de la brecha de género, que se ve amplificada por el impacto de la maternidad, y que condiciona radicalmente las trayectorias de las mujeres en toda la sociedad. 

Específicamente, en el actual mundo del trabajo, la maternidad actúa como una barrera al acceso igualitario a un empleo digno y juega un papel fundamental en la reproducción de la inequidad y precariedad laboral. Esto pone de relieve la necesidad de profundizar la incorporación de la perspectiva de género en las distintas instancias de formulación de las políticas públicas que tengan como meta un escenario social y económico más justo.

“Lo que hay que entender es que se trata también de una cuestión de números. Cuando insistimos en hablar y abordar la problemática de brechas de género y de participación de las mujeres en el mercado laboral estamos hablando que de revertir esa situación lograríamos mejoras para toda la sociedad, para varones y mujeres”, recalcó Pitiot.

“Hay estudios que demuestran que la mayor participación de las mujeres en el mercado laboral tiene un impacto positivo en el PBI de los países”, subrayó la vicepresidenta de Éforo. 

Para profundizar aún más en el tema y porque analizar la realidad es también participar, desde Fundación Éforo te invitamos a conocer los informes técnicos y ciudadanos disponibles en nuestro sitio web.