El Sitio Ramsar Humedales Chaco es el segundo más grande de Argentina, con 508 mil hectáreas, más de 300 especies de aves y una enorme variedad de flora y fauna. Desde El Auditor.info dialogamos con Carina Suárez, licenciada en Gestión Ambiental e integrante de la Dirección de Áreas Protegidas y Biodiversidad del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Territorial Sostenible de Chaco; y con Paula Soneira ex funcionaria de la cartera ambiental, bióloga y doctora en ecología de los humedales

Designado como Sitio Ramsar el 2 de febrero de 2004, este humedal que abarca el Este de la provincia, tiene características biogeográficas “muy particulares” en relación con otros humedales: alberga 10 localidades y el 40% de la población de la provincia, donde hay producción de arroz al norte, ganadera al sur, y en el centro está el área metropolitana de Resistencia con 4 localidades, "con todos los pormenores que conlleva la gestión de un territorio tan delicado y con tanta población de gente”, expresó Suárez.

Además de la cantidad de personas que viven en este Sitio, la zona se caracteriza por las inundaciones provenientes de la creciente del Río Paraná y Paraguay, y sus sistemas de defensas y compuertas para evitar que las comunidades se inunden por completo. En total son 13 las cuencas hídricas que atraviesan el humedal, entre ellas la del Río Negro

Palmerales de los Humedales Chaco
Palmerales de los Humedales Chaco

Actualmente, desde el Consejo Provincial del Ambiente trabajan en la realización del Inventario del Humedal Nivel 3 y esperan poder publicarlo en noviembre. “Este inventario es necesario para poder tomar decisiones sobre cómo realizar el ordenamiento territorial. Una vez que tengamos el inventario abriremos a la participación social para consensuar cómo gestionar el territorio”, afirmó Suárez. El mismo se está llevando adelante junto al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Nación y especialistas en el tema. 

¿Cuál es el estado de estos ecosistemas? 

“Hoy estos humedales están en muy buen estado de conservación, por la propia historia de uso de ese lugar, por la dinámica de inundaciones que hace que el tipo de producción sea muy extensiva, con pequeños y medianos productores. Las 508 mil hectáreas son muy ricas, están en muy buen estado de conservación los palmerales, los pastizales, los ríos, los arroyos, los esteros conservan su dinámica natural”, detalló la ex funcionaria de la cartera ambiental, bióloga y doctora en ecología de los humedales, Paula Soneira

Desde 2014 se realizan relevamientos de biodiversidad y de aves: “Los indicadores muestran muy buen estado, especialmente en el sur que es el lugar con mayor superficie de humedal”, agregó Soneira. Si bien hay especies que ya no están producto de la caza, comienzan a aparecer algunos ejemplares que estaban en peligro de extinción como el ocelote, o especies protegidas como el aguará guazú y el ave Moitú

Moitú, el ave que volvió a aparecer en Chaco.
Moitú, el ave que volvió a aparecer en Chaco.

En 2009, el humedal fue puesto en categoría amarilla de la Ley de Bosques Nativos: “Esto no permite que se haga una transformación total del territorio, pero se puede hacer un aprovechamiento de los bosques de esa zona. Ahora las autoridades provinciales quieren que se designe en color naranja para aumentar la protección”, aseguró Soneira. 

Corredores biológicos 

Una de las funciones que cumple este sitio es la de ser un corredor natural en su parte sureste, “son rutas naturales que tratan de mantenerse para que la fauna pueda interrelacionarse, buscar alimentos y vivir. En estos corredores tratamos de convenir con los pobladores, productores y comunidades indígenas sobre los usos del suelo y los manejos para evitar que se dañe el territorio. Esta zona es muy importante porque conecta con el Sitio Ramsar Jaaukanigás de Santa Fe, logrando que se pueda a futuro extender y respetar estos valores ecológicos”, analizó Suárez. 

Inundaciones y gestión del territorio 

Carina Suárez nació y se crió en los Humedales Chaco. “A lo largo de los años hemos pasado por inundaciones muy fuertes como la de 1982 y la de 1998. Después fueron menguando con el sistema de protección que se construyó”, comentó. A esta situación se le suman las problemáticas propias de las urbes como los residuos domiciliarios, los sistemas cloacales, el impacto de las rutas, los desechos industriales, la producción agrícola de arroz en el norte y de la ganadería al sur. "Estos son suelos que se inundan regularmente y el impacto de esos procesos productivos puede ser dañino. Por eso es necesario que haya fiscalización para poder llevar adelante estas actividades”, añadió. 

Inundaciones en la zona de Humedales Chaco.
Inundaciones en la zona de Humedales Chaco.

Siguiendo esta línea, para Soneira, es importante y urgente que los municipios comprendan la importancia que tiene el humedal a la hora de pensar los ordenamientos locales. “Cómo planifican sus ciudades y pueblos en relación a cuánta superficie humedal tienen en su territorio, los servicios que prestan, las alternativas de ordenamientos a nivel local que hay. Esto es un poco lo que falta a futuro. Recién ahora empieza a entenderse que la única herramienta que tenemos para gestionarlos bien es el ordenamiento territorial y tiene que involucrarse. Hay que darles cada vez más importancia en términos de las riquezas que tienen, y los humedales chaqueños son muy ricos”, finalizó.