OIT: propuestas sostenibles para reactivar la economía
Desde la Organización Internacional del Trabajo presentaron un nuevo informe centrado en el transporte público. Aseguraron que ante las perdidas de puestos laborales por el Covid-19 el sector podría generar hasta 15 millones de trabajos en todo el mundo, además contribuir en la lucha contra el cambio climático.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) lanzó un nuevo documento en el que incentiva la inversión en la transformación del sector del transporte porque “podría crear millones de empleos”. Ante la crisis producida por el Covid-19, la OIT considera que éste puede ser unos de los caminos de la reactivación económica y además podría ayudar a los países a pasar a administraciones más ecológicas y saludables.
“El sector del transporte es primordial para la economía mundial”, explicaron desde la organización. Uno de los datos centrales es que los medios terrestres “emplean de forma directa a más de 60 millones de personas en todo el planeta”. Esto es más del 2% del empleo mundial. Además, al conectar personas y mercancías, este rubro sostiene la actividad de otros.
Según Catherine Saget, jefa de equipo en la OIT, “para alcanzar el objetivo de una sociedad sostenible e inclusiva en el plano ambiental es necesario llevar a cabo una transformación estructural de la economía”. La misma permitiría promover el trabajo decente y proteger a los trabajadores y sus familias.
Solamente en Estados Unidos el transporte representó el 9% del PIB en 2015 y dio empleo a alrededor de 13 millones de personas en 2016. Comparativamente, en la Unión Europea, casi 12 millones de empleados formaron parte de esa área en 2016 (6,8% del PIB). “Los hogares europeos destinaron el 13% de su presupuesto total a servicios relacionados con el transporte durante ese año“, indicaron.
Sin embargo, el estudio hace hincapié en que, al día de hoy, el sector “repercute de forma adversa en el ambiente y la salud humana”. ¿Por qué? Es uno de los principales generadores de los gases de efecto invernadero (GEI), provoca contaminación atmosférica, lluvia ácida, eutrofización, daños a cultivos y bosques, extinción de recursos naturales y fragmentación del hábitat, y contribuye a la generación de residuos.
Las emisiones de GEI son las que más afectan al cambio climático. En 2019 el transporte generó el 25% de las emanaciones globales. En países como Suecia y Luxemburgo está cifra escala hasta más del 50%.