Se publicó el informe sobre el impacto de la pandemia de COVID-19 en el personal de las Entidades Fiscalizadoras Superiores (EFS), miembros de Organización Latinoamericana y del Caribe de Entidades Fiscalizadoras Superiores (OLACEFS).

María Graciela de la Rosa, auditora general de la Nación, dio a conocer las conclusiones del documento durante una sesión del Colegio de Auditores Generales. La encuesta fue realizada a 20 entidades fiscalizadoras, miembros de la OLACEFS. El trabajo contó con el apoyo técnico de la Comisión de las Tecnologías de Información y Comunicaciones (CTIC), presidida por la Auditoría General de la Nación.

De esta forma, en el armado de la investigación se consideraron cinco dimensiones para el análisis cualitativo: trabajo; esfera privada; uso del tiempo; violencia intrafamiliar y de género; violencia y acoso laboral. De allí se elaboraron 49 preguntas divididas en cinco secciones: perfil sociodemográfico; cuarentena y trabajo; cuarentena y vida personal; problemas y preocupaciones relacionados con COVID-19; y uso del tiempo.

De acuerdo a los datos publicados, la encuesta tuvo por objetivo identificar el impacto de la pandemia de COVID-19 entre el personal de las EFS. La emergencia sanitaria profundizó los problemas estructurales de desigualdad y vulnerabilidad en Latinoamérica, es así como se convirtió en la región más afectada por el virus: con sólo 8,4% de la población mundial, registró el 27,8% de muertes.

¿Cómo afectó la pandemia al personal de las entidades fiscalizadoras?

Cada vez más trabajadoras en los organismos de control

Una de las conclusiones del estudio fue que, entre el personal en las EFS, los hombres son mayoría a partir de los 55 años, mientras que hay más mujeres en edades inferiores. Es decir que los cambios en los roles de género en la sociedad a lo largo de las décadas impactan también en el aumento de la representatividad femenina.

Según una investigación de la CEPAL, hubo una evolución de la inserción femenina en el ámbito productivo y empresarial en América del Sur, considerando el panorama laboral femenino, su desarrollo en la última década y sus diferencias con respecto al panorama laboral masculino.

El 88% de los trabajadores de organismos de control encuestados afirmó que adherirían al teletrabajo si pudiesen elegir.

Asimismo, se destacó que la crisis del COVID-19 aumentó la carga de trabajo doméstico para los hombres y mujeres que trabajan en las EFS de OLACEFS, aunque este incremento fue aún más evidente para ellas. Un 64,1% de las mujeres con hijos menores de 18 años se ocuparon solas o de la mayor parte del trabajo extra generado por el cierre de escuelas.

Para finalizar, el tiempo total de producción (remunerado y/o no remunerado) fue mayor para las mujeres que para los hombres, ya que ellas trabajaron un promedio de 15,3 horas diarias frente a las 13,7 horas ejercidas por ellos.

El teletrabajo llegó para quedarse

La pandemia ocasionó que las EFS adoptaran, al menos parcialmente, la modalidad del teletrabajo. Frente a esta situación, la mitad de las personas consultadas pudieron elegir desde donde realizarían su labor. Sin embargo, un 29,3% tuvo que optar por el teletrabajo sin la opción de ejercerlo desde la oficina. Por otro lado, el 13,3% siguió asistiendo de manera presencial a pesar de la pandemia. La modalidad del teletrabajo ya era una opción para un 7,4% del total encuestado.

El análisis evidenció que esta modalidad aumentó la productividad para un tercio del personal (39,5%) y para la mayor parte, los resultados no se han visto alterados. Adicionalmente, la mayoría (88,2%) afirmó que adherirían al modelo de teletrabajo, sea completa o parcialmente, si pudiesen elegir.

Violencia intrafamiliar y de género

En la encuesta que se llevó a cabo con el personal de las EFS, también se indagó sobre si el personal era víctima de violencia intrafamiliar y de género.

Del total de las personas que respondieron la encuesta, un 8,2% indicó haber tenido conflictos en casa en el contexto del aislamiento social generado por la pandemia. De esos, un 7,8% sufrió específicamente violencia: 70% fueron mujeres y el 30% hombres. Es decir, una de cada 125 mujeres consultadas manifestó haber pasado por situaciones de violencia intrafamiliar iniciada la pandemia.