¿Cómo impacta la suspensión del Fondo Nacional de Incentivo Docente al sistema educativo?
Entre las urgencias de Nación para reducir las transferencias a provincias y el efecto en los ingresos docentes, la eliminación del fondo pone dudas sobre el federalismo educativo.
Recientemente, el Gobierno Nacional confirmó que no prorrogará el Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID). El fondo, creado por la Ley 25.053 en 1998, está conformado por recursos tributarios que se distribuyen entre las provincias para mejorar los salarios docentes. En un primer momento, el FONID se estableció como una medida con carácter de emergencia por un lapso inicial de cinco años.
A lo largo de los años, el FONID experimentó diversas modificaciones y prórrogas, lo cual ha llevado a tener una partida de recursos en el Presupuesto Nacional desde su creación hasta 2023 (últimos 25 años). Los recursos del fondo se destinan a una asignación remunerativa por cargo docente, liquidada mensualmente a aquellos que cumplen funciones efectivas.
En la normativa se establece que los recursos del fondo tienen como objetivo el “mejoramiento de la retribución de los docentes de escuelas oficiales y de gestión privada subvencionadas de las provincias y de la Ciudad de Buenos Aires, y de las escuelas e institutos oficiales dependientes de las universidades nacionales, de los ministerios del poder ejecutivo nacional, de otros organismos oficiales y de las escuelas dependientes de municipios”.
La decisión de Nación de eliminar el FONID significa una reducción del salario docente si las provincias deciden no dar continuidad a la políticas de incentivo educativo. Por el momento, las provincias no han interrumpido esta asignación remunerativa, evitando, de esta manera, una quita de ingresos. En la medida en que las provincias sostengan esta política, el impacto será absorbido por los presupuestos provinciales, y que, históricamente, no logró compensar las brechas de ingresos docentes aún existentes a lo largo del país.
¿Cómo fue la evolución del FONID en los últimos 18 años?
Ajustados a valores de 2023 para eliminar el efecto de la inflación sobre los valores nominales, los recursos asignados al FONID experimentaron un crecimiento notable desde 2005 hasta 2007, alcanzando allí su punto máximo. En 2008, se observa una disminución que marca el final del período de expansión, mostrando desde 2009 hasta 2014 una tendencia a la baja. La disminución es más pronunciada entre 2012 y 2014, registrando su nivel mínimo en este último año. A partir de 2020, los recursos del FONID se estabilizan, retomando la senda de crecimiento (con importantes incrementos) desde 2022. Y según los últimos datos disponibles, en 2023 el FONID distribuyó recursos por $333.172,5 millones- aproximadamente 14% del presupuesto educativo nacional-.
Aunque el fondo desempeña un papel importante en el apoyo a las condiciones laborales de los docentes, su peso en términos relativos al PBI no es un factor determinante en la estructura del presupuesto nacional. La contribución del FONID al PBI ha oscilado entre un máximo de 0,31% en 2007 y un mínimo de 0,12% en 2014 y 2019. Para el último año, en 2023, el Fondo representó el 0,21% del PBI. Esto representó: la mitad de lo insumido por la Tarjeta Alimentar, un tercio de lo devengado por la Asignación Universal para la Protección Social (AUH), y un décimo de lo erogado en intereses de la deuda pública.
El FONID y los presupuestos provinciales
La participación del fondo en el gasto total destinado a educación y cultura por las provincias y CABA tuvo su punto máximo en 2007 con un 7,8%, y a partir de allí empieza a caer la distribución de recursos. En los años 2014, 2015 y 2019, la participación del FONID en el gasto provincial educativo fue inferior al 3%, coincidente con la escasa asignación de recursos en el presupuesto nacional de esos años. Desde 2020 se presenta un repunte en la participación del FONID, alcanzando el 3,6% en 2022. En definitiva, el impacto del FONID en el presupuesto educativo provincial no ha superado el 5% desde 2008.
La participación del FONID en el gasto educativo provincial varía considerablemente entre las distintas provincias argentinas. Mientras algunas provincias dependen más del fondo como fuente de financiamiento, otras tienen una participación menor, evidenciando la heterogeneidad de las realidades provinciales.
Provincias como La Pampa, Neuquén y San Luis presentan niveles de participación del FONID muy por debajo al promedio provincial, situándose en el rango del 2,3% al 2,4%. En estas jurisdicciones, representa la menor participación en el presupuesto educativo provincial. En el extremo superior, se encuentran Santiago del Estero, Mendoza, Jujuy y CABA, con niveles de participación que superan el promedio provincial, oscilando entre el 4,4% y el 4,7%. En ninguna provincia, el FONID logró superar el umbral del 5% de la inversión educativa y cultural en términos porcentuales.
Las brechas salariales de los docentes a lo largo del país
A pesar de la existencia del FONID, que tiene como objetivo contribuir a equiparar los salarios docentes entre las jurisdicciones, su impacto es limitado en la reducción de las brechas salariales. En otras palabras, las diferencias entre los salarios sin considerar el FONID persisten en gran medida después de considerar este componente. A nivel nacional, el salario bruto promedio (sin descuentos) a septiembre de 2023 de un docente de nivel primario con 10 años de antigüedad fue de $233.410.
Algunas jurisdicciones presentan brechas salariales más pronunciadas entre el salario con y sin el componente del FONID. Por ejemplo, Salta, Córdoba y San Luis muestran notables diferencias, lo que indica que el FONID no logra mitigar de manera efectiva las desigualdades salariales existentes. En la mayoría de las provincias, el impacto positivo del fondo sobre los salarios docentes es limitado, por lo que tampoco se compensan las brechas de ingresos entre las distintas jurisdicciones.
A nivel nacional, el ahorro que producirá la eliminación del FONID representaría sólo un 0,2% del PBI. En las cuentas públicas provinciales, la potencial supresión del fondo no parecería generar un problema financiero de gran envergadura para los gobiernos provinciales si decidieran continuar solventando el adicional salarial con recursos propios. Es decir, que tanto a nivel nacional como provincial, el fondo no representa más que el 1% del total de los recursos presupuestados. Pero donde efectivamente tendría un efecto directo la eliminación del FONID es en el salario docente, reduciendo sus ingresos y ampliando aún más las brechas entre las provincias en relación a la inversión educativa. En el caso de suspenderse tanto a nivel nacional como provincial el FONID, esto impactaría una quita en los salarios docentes que pueden ir entre el 9% y 20% en términos nominales.
La decisión del gobierno de no dar continuidad al FONID nos muestra la falta de coordinación que existe en el sistema educativo entre las provincias y Estado Nacional y que hoy significaría una caída nominal los ingresos de los docentes. Actualmente, el fondo funciona más como un complemento salarial insuficiente y con poco impacto para compensar las inequidades que atraviesan a las distintas regiones del país, profundizando aún más la crisis del federalismo educativo.