Brecha de género: ¿cómo afecta a las trabajadoras la desigualdad económica?
Las mujeres ocupadas debieron trabajar ocho días y 10 horas más que los varones para ganar lo mismo que ellos en un mes. ¿Qué es el "piso de barro"? ¿Qué obstáculos encuentra una mujer para avanzar en su carrera y asumir nuevos desafíos?
El Día del Personal de Casas Particulares se celebra, en Argentina, cada 3 de abril desde 2016. Esta fecha se fijó en 2015 a través de la Resolución N° 3/2015. Es considerado un día no laborable a nivel nacional, sin pérdida de la remuneración.
La Comisión Nacional de Trabajo en Casas Particulares estableció dicha celebración en conmemoración a la fecha en que fue promulgada la Ley de Trabajo en Casas Particulares en 2013. Este día tiene como objetivo visibilizar y reconocer el trabajo que realizan las personas que se dedican al servicio doméstico y promover la igualdad de derechos laborales para este sector. Además, busca generar conciencia sobre la importancia de valorar y respetar el trabajo del personal de casas particulares, que muchas veces es invisible o subvalorado.
Brecha de género
La Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género publicó el informe “¿Por qué las mujeres ganan menos? Las brechas de género en la economía argentina (2do trimestre de 2022)”. El texto presenta un panorama de la situación económica de las mujeres.
La brecha salarial alcanzó el 27,7%: las mujeres ocupadas debieron trabajar ocho días y 10 horas más que los varones para ganar lo mismo que ellos en un mes.
En concreto, el documento indica que la participación de las mujeres en la fuerza laboral es significativamente menor que la de los hombres. En cifras, la tasa de empleo de las mujeres fue del 47,7% en el periodo analizado.
“La brecha salarial alcanzó el 27,7%: las mujeres ocupadas debieron trabajar ocho días y 10 horas más que los varones ocupados para ganar lo mismo que ellos en un mes”, según el informe oficial.
A su vez, las mujeres suelen estar sobrerrepresentadas en trabajos precarios y mal remunerados, con peores condiciones laborales que los hombres. Esto se debe a varios factores, como la discriminación de género en la selección de personal, la falta de acceso a la educación y capacitación, la concentración en áreas laborales que pagan menos y la falta de políticas que apoyen la igualdad de género en el mercado laboral.
La coordinadora del Proyecto Sindical-Laboral de la Fundación Friedrich Ebert en Argentina, Mónica Sladogna, conversó con El Auditor.info y desarrolló los problemas que tienen las mujeres en el mercado laboral.
El ejemplo de desigualdad o brecha salarial tradicional -según la investigadora- se da con el ingreso de mujeres al personal de casas particulares y con el de varones en el sector de la construcción. “Existen diferencias salariales y además el varón puede hacer un recorrido laboral que le permite el desarrollo de una profesión con mayor nivel de autonomía o mejores condiciones de trabajo”, expresó Sladogna.
“Es muy común que las mujeres de los sectores populares comiencen a trabajar en casas particulares en lo que se llama el servicio doméstico”. La docente identificó aquí una primera dificultad: el “piso de barro”. Las mujeres ingresan en ciertos espacios del mercado de trabajo del cual “no se pueden despegar”, completó.
Las “paredes de cristal” presentan otra traba para las trabajadoras, “les es muy difícil atravesar barreras entre sectores que les permitan ocupar espacios que las desafíen más”, aseguró la especialista.
Techo de cristal
El más conocido de estos impedimentos es, quizá, el “techo de cristal”, la barrera invisible que limita el avance de las mujeres en sus carreras profesionales y dificulta su acceso a puestos de liderazgo y alta dirección en las empresas y organizaciones.
La brecha de género en la economía argentina es, también, la falta de acceso de las mujeres a posiciones de liderazgo y toma de decisiones en el ámbito empresarial y político. Según un informe del Banco Mundial de 2020, sólo el 25% de los cargos gerenciales en Argentina son ocupados por mujeres, y en el Congreso ocupan nada más que el 30% de las bancas.
Rol femenino en las crisis
La pandemia de COVID-19 tuvo un impacto negativo en el mercado laboral femenino en Argentina, lo que ha llevado a una mayor desigualdad de género en el ámbito laboral y a una mayor precarización laboral y económica de las mujeres.
En el tercer trimestre de 2020, la tasa de desempleo femenino en Argentina fue del 17,9%, en comparación con el 12,6% de los hombres. Además, las mujeres jóvenes de entre 14 y 29 años han sido las más afectadas por el desempleo.
Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 38% de las mujeres en el país ha visto reducidas sus horas de trabajo debido a la pandemia.
La misma investigación de la OIT presentó que el 42% de las mujeres trabaja en el sector informal, en comparación con el 30% de los hombres. Además, tienen más probabilidades de trabajar en empleos mal remunerados y con pocos beneficios, lo que las hace más vulnerables a la precarización laboral.
Por otro lado, el Consejo Nacional de las Mujeres de Argentina indicó que, durante la pandemia, el 86% de las mujeres asumió la responsabilidad del cuidado de niños, ancianos o personas enfermas. Esto afectó su capacidad para trabajar y ha aumentado la presión sobre ellas.
De acuerdo a cifras expuestas por el Ministerio de Trabajo de Argentina, el 77% de las trabajadoras de la salud son mujeres. Esto pone en cifras la mayor exposición al virus que tuvieron en comparación con los hombres.
El “precipicio de cristal” surge ante la tentación que se le plantea a muchas mujeres de ocupar ciertos lugares de mayor prestigio, remuneración, o responsabilidad en momentos de crisis. “Se promueve a una mujer y al fracasar por no tener recursos ni posibilidades reales de resolver el problema se vuelve una especie de profecía autocumplida: no lo pudo hacer porque es una mujer y no puede resolver estos problemas”, afirmó Sladogna.
Responsabilidades familiares
Las brechas de tiempo y cuidados llevan a que las mujeres tengan menos tiempo para el mercado laboral y por lo tanto accedan a trabajos de menor carga horaria y mayor flexibilidad, que suelen tener salarios más bajos y condiciones de contratación más precarias.
La falta de acceso a servicios de cuidado infantil y de atención a personas mayores o con discapacidad, así como la falta de licencias parentales remuneradas, hacen que sea difícil para las mujeres combinar el trabajo y las responsabilidades de cuidado.