La economía popular se ha consolidado como el modo de vida de millones de personas en los últimos 15 años. Ya sea en los años de expansión o retracción económica no ha dejado de crecer y recién a partir del 2020 se disponen datos unificados que intentan representar esta situación de vulnerabilidad socioeconómica

La ley 27.345, sancionada a fines del 2016, constituye el punto de partida institucional para el reconocimiento por parte del Estado Nacional de los derechos de los/as trabajadores que se desempeñan en la economía popular (EP). Más precisamente, en el artículo 2, se declara como objetivo principal “promover y defender los derechos de los trabajadores y trabajadoras que se desempeñan en la economía popular, en todo el territorio nacional, con miras a garantizarles alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, cobertura médica, transporte y esparcimiento, vacaciones y protección previsional”.

Pero para poder establecer un conocimiento preciso de los/as trabajadores de la EP, producir datos unificados y así visibilizar una situación socio-económica que atraviesa la vida de millones de personas, la misma ley establece en su artículo 6 la creación del Registro Nacional de la Economía Popular (ReNaTEP), bajo la órbita del Ministerio de Desarrollo Social.

El ReNaTEP es un registro creado para generar datos sobre condiciones laborales, formas de organización productivas y perfiles de los trabajadores.

El ReNaTEP es un registro creado en el 2020 por el Estado Nacional y tiene como meta generar datos y producir conocimiento para institucionalizar un sector socio-productivo concreto dentro del sistema económico. Pone el foco sobre las condiciones laborales, las formas de organización de las unidades productivas, características demográficas, sociales y educativas de los/as trabajadores de la EP.  Es decir que, mediante la ampliación del registro, no solo se proyecta la mayor visibilidad y conocimiento sobre un sector de la economía, sino que también hace a la construcción de una herramienta concreta para abordar la problemática de la vulnerabilidad socioeconómica mediante políticas de formalización, protección y/o promoción laboral. 

A la fecha, en la página oficial del Ministerio de Desarrollo Social se encuentran publicados cuatro informes del ReNaTEP, el más reciente corresponde a Noviembre 2022 y presenta los datos surgidos durante el periodo comprendido entre julio 2020 y junio 2022. De allí surge que los/as trabajadores de la economía popular registrados alcanzan un total de 3.457.669, de los cuales 58% son mujeres y 42% varones. El promedio de edad de esta población es de 33,8 años y el 62,5% de las personas tienen entre 18 y 35 años. Y en relación al nivel educativo de los inscriptos en el registro, el 60,6% no completó los estudios obligatorios (hasta secundario incompleto). 

Al momento de observar la distribución territorial de los inscriptos, Buenos Aires es la provincia con mayor cantidad de trabajadores de la economía popular (35,8%), seguida por Tucumán (6,2%), Salta (5,8%) y Santiago del Estero (5,4%). A su vez, en 10 provincias hay más inscriptos en el ReNaTEP que en el sistema de asalariados privados registrados en el SIPA, lo que señala que en esas jurisdicciones la economía popular ha superado al sector de la economía formal.

Las actividades más representativas de la economía popular son los “Servicios personales y otros oficios” y “Servicios socio comunitarios”, que concentran el 62,7% (35% y 27,7% respectivamente). Respecto a las ocupaciones declaradas, son los/as trabajadores de comedores y merenderos los más representativos con un 26,2%, seguidos por los servicios de limpieza (11,4%). Por otro lado, 6 de 10 inscriptos detallaron que realizan su trabajo de manera individual, mientras que el resto lo realiza de manera colectiva, siendo las organizaciones comunitarias/sociales las de mayor peso (22%). 

La economía popular y la asistencia social

Del total de inscriptos en el ReNaTEP a junio de 2022, solo el 28,3% (aprox. 978 mil personas) percibe el programa Potenciar Trabajo, 6 puntos por encima respecto al informe anterior. El Potenciar Trabajo forma parte de las iniciativas estatales vinculadas al desarrollo y promoción de proyectos individuales y cooperativos. A octubre 2022, un mes antes de que el Poder Ejecutivo, mediante el Decreto 728/2022, decidiera no ampliar el número de titulares, el plan alcanzó aproximadamente a 1.3 millones de personas. 

En la nota publicada  “Desequilibrios del mercado de trabajo: ¿las políticas públicas son inadecuadas o insuficientes?” , publicada en El Auditor.info, se señala que los fondos destinados al sostenimiento y continuidad del programa pasó del 0.09% del PBI en 2009 al 0.47% en 2021. 

En otros datos relevados por el informe del ReNaTEP, se verifica que el Potenciar Trabajo, que “busca fortalecer e impulsar el trabajo que se desarrolla en la economía popular”, se ha focalizado especialmente en la protección social de las mujeres, que representan el 63,3% de los beneficiarios, abarcando sobre todo a las personas entre 18 y 35 años (60,6%) y que concentra en un 48,2% a titulares que residen en la provincia de Buenos Aires. Por último, en términos de ocupación declarada, casi la mitad de las personas que perciben el Potenciar Trabajo corresponden a trabajadores/as de comedores y merenderos (48,5%).

Mientras que en el primer informe, publicado en Mayo 2021, con datos que abarcan el periodo comprendido entre julio 2020 y febrero 2021, se habían inscriptos 2.093.850 de personas, se llega al 2022 con un total de 3.457.669, un aumento del 65%. Lo que a su vez refleja que el incremento de la informalidad de los últimos tres años, ha contribuido al aumento de los inscriptos en el registro de la economía popular. 

La economía informal y la pospandemia 

Para comprender el aumento progresivo y constante de inscritos en el ReNaTEP es necesario tener en cuenta que la COVID-19 y la pos pandemia produjeron cambios profundos en el mundo laboral. Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), durante el proceso de contratación económica dado entre 2019-2020, los empleos informales cayeron un 50.7%, para luego recuperarse en el periodo de crecimiento 2021-2022 en un 92.2%: se crearon más puestos informales que formales. Al segundo trimestre del 2022, la informalidad afectó al 45,4% de los/as trabajadores (principalmente a las mujeres y jóvenes). Una persona que está empleada en un trabajo informal tiene entre 2 y 5 veces más probabilidades de ser pobre. 

Para profundizar aún más en el tema y porque analizar la realidad es también participar, desde Fundación Éforo te invitamos a conocer los informes técnicos y ciudadanos disponibles en nuestro sitio web.