“El control posterior, tal como funciona en la actualidad, no sirve para prevenir la corrupción”, afirmó Leonora Colombo en diálogo con El Auditor.info. En su libro ”El control sobre la administración pública", escrito junto a José Luis Giusti, la coautora analizó los desafíos significativos que enfrentan los organismos de control, en particular los externos. Con casi 20 años de estudio, reveló que el sistema vigente no logra anticipar ni evitar actos de corrupción, actuando solo después de que estos ya ocurrieron.

El documento tiene como objetivo proporcionar una reflexión crítica sobre el desempeño de los organismos de control, evaluando cómo funcionaron a lo largo de casi dos décadas. “La preocupación me llevó a elegir este tema para un libro”, comentó la abogada y licenciada en Ciencias Políticas. 

“El texto es un intento de poner en la agenda del debate público la eficacia del control que llevan adelante los organismos de control de la Ley 24.156: la Auditoría General de la Nación y la Sindicatura General de la Nación junto con las Unidades de Auditoría Interna”, detalló.

Según la escritora, la falta de eficacia del sistema de control se debe principalmente a la “resistencia del poder ante los intentos de supervisarlo y limitarlo”, así como a la escasa valoración social de la función de control. Sobre esta afirmación, señaló que el modelo actual no detecta ni previene la corrupción antes de que ocurra, limitándose a intervenir solo después de que se cometió el delito.

Rendición de cuentas y democracia delegativa

La rendición de cuentas interinstitucional, o "accountability horizontal", es clave para el funcionamiento de la democracia republicana. Colombo explicó que esta modalidad de rendición de cuentas está relacionada con la calidad de las instituciones y la sustancia de la democracia, al permitir que las entidades se supervisen mutuamente, lo cual resulta esencial para el sistema democrático.

En este sentido, resaltó la visión de Guillermo O'Donnell sobre nuestra democracia "delegativa". Según el politólogo, en este sistema se le da mucho poder al gobierno con la esperanza de que "cumpla sus responsabilidades y obtenga buenos resultados". 

“La eficiencia no se logra exclusivamente mediante el control de la administración, sino principalmente a través de la evaluación continua de las políticas”.

Colombo añadió que, mientras el gobierno “haga bien su trabajo”, la presión para exigir transparencia y "luchar contra la corrupción" tiende a ser baja. Esto puede debilitar los mecanismos de control en la democracia.

Problemas en el sistema de control

En el libro se indicó que el sistema de control presenta "severos déficits" en eficacia, revelando deficiencias en su funcionamiento general.

Además, se subrayó la falta de autonomía como un problema crucial. Según Colombo, la "designación discrecional" de los cargos compromete la independencia del control interno, disminuyendo su efectividad.

Otro problema relevante es la "oportunidad del control". En este sentido, la especialista criticó el método de revisión utilizado por la Auditoría General de la Nación (AGN). Este enfoque enfrenta problemas con la relevancia y el tiempo de la información que genera, lo que limita su eficacia para mejorar la gestión pública.

La autora mencionó las "facultades limitadas" de los organismos de control, especialmente de la AGN. “La falta de autoridad para actuar ante irregularidades impide una intervención eficaz y disminuye la capacidad del sistema para corregir problemas en la administración pública”, completó.

Para Colombo, los entes de control son fundamentales en una democracia. Sin embargo, advirtió que estas instituciones enfrentan "severas deficiencias" que no se discuten lo suficiente ni en el ámbito académico ni en la sociedad en general. "Por eso decidimos escribir sobre organismos de control", explicó, convencida de que tenían "reflexiones que aportar a un debate necesario".

Evaluación concomitante: una nueva perspectiva

Uno de los aspectos clave que la coautora analizó es la dificultad que enfrentan los organismos de control para mejorar las políticas públicas. Al respecto, sostuvo que la eficiencia no se logra exclusivamente mediante el control de la administración, sino principalmente a través de la evaluación continua de las políticas. Además, señaló que los modelos tradicionales de evaluación posterior, basados en los pasos de planificación, ejecución y control, están "superados". 

En la actualidad, la evaluación más eficaz es la "concomitante", aquella que acompaña todo el ciclo de una política pública, desde su inicio hasta su implementación, permitiendo ajustes en tiempo real. La autora enfatizó que esta función no puede ser realizada por organismos externos a la administración. Por eso, pedir a estos organismos que mejoren la eficiencia de las políticas es "un discurso simpático, pero sin ninguna probabilidad de éxito". Colombo afirmó que los informes de la AGN no lograron mejoras significativas en las políticas públicas, lo que evidencia un "problema sistémico".

También sostuvo que "el sometimiento del gobierno a la ley" es esencial para evitar que el poder se ejerza de manera arbitraria o en beneficio de intereses personales. Este control es fundamental para garantizar la igualdad ante la ley, un principio clave de la Constitución, ya que "todos somos iguales ante la ley y estamos igualmente sujetos a ella". 

Sin embargo, advirtió que el poder tiende a "desbordar sus límites" y a evadir las restricciones impuestas. Desde hace más de dos mil años, la política busca formas de controlar el poder y prevenir la tiranía. Para Colombo, contar con controles efectivos sobre la administración es tanto "un presupuesto" como un resultado de una democracia republicana sólida y bien institucionalizada.

Propuestas para mejorar el sistema de control

Para mejorar el sistema de control en la administración pública, se debe diferenciar entre “evaluación y control”. Los organismos externos deben centrarse en la legalidad y anticorrupción, mientras que los internos deben enfocarse en la eficacia y eficiencia de las políticas. Es crucial garantizar la independencia de la AGN, ya que, según Colombo, "la independencia es la piedra angular para un control efectivo", lo que implica que la presidencia y la mayoría de los auditores no deben pertenecer al partido gobernante.

Asimismo, se debe reducir el tiempo de emisión de informes para evitar que "los errores o irregularidades se perpetúen sin consecuencias", completó la especialista. 

A su vez, agregó que “es necesario reintroducir mecanismos de control previo en actos de gran relevancia económica para prevenir la corrupción”. Además, destacó la importancia de aumentar las facultades de la AGN para suspender actos o contratos sospechosos y promover acciones judiciales. 

“Es necesario un cambio en la percepción social sobre el control gubernamental, ya que sin una conciencia ciudadana activa, cualquier cambio normativo podría resultar insuficiente”, concluyó. 

Tragedia de Once y deficiencias del sistema de control

“La tragedia de Once reveló de manera dramática las deficiencias estructurales del sistema ferroviario argentino”, afirmó la especialista. 

Colombo mencionó que, a pesar de los numerosos informes de la AGN que advertían sobre serias irregularidades, estos fueron ignorados sistemáticamente. En su análisis, citó el informe de 2014 de la AGN, dirigido por Leandro Despouy, como un ejemplo de cómo “la acumulación de datos y observaciones durante 10 años no tuvo repercusiones concretas en las políticas públicas”. 

Este informe, según la abogada, fue “demoledor”, ya que resumía una década de advertencias que habían sido desestimadas. La autora subrayó también que “la falta de respuesta tanto en el Congreso como en los medios de comunicación contribuyó a la perpetuación de un estado de indiferencia frente a la alarmante información disponible”. Esta combinación de negligencia y falta de acción refleja, en palabras de Colombo, una “crisis de responsabilidad y de comunicación en el ámbito gubernamental”.

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