En el barrio de Retiro se encuentra un imponente palacio que encierra encuentros y desencuentros de la historia política argentina con su dueño, el estanciero, periodista y creador del diario La Prensa, José Clemente Paz.

La construcción se ubica sobre Avenida Santa Fe, frente a la plaza San Martín, y está inspirada en la arquitectura francesa. Paz admiró este estilo siendo embajador en Francia. Tardó 14 años en construirse, finalizó en 1914.

Las aspiraciones políticas de José C. Paz

A fines del siglo XIX la sociedad argentina sufrió una reconversión en su identidad alimentada por las distintas figuras políticas que buscaron imponer un estilo europeo. En ese contexto surge un conjunto de intelectuales que defendían estas ideas llamado “la generación del 80”.

Paz perteneció a este selecto grupo, fue diputado en 1879, luego tomó el cargo de embajador en España hasta 1885. Tiempo después se trasladó a Francia donde también ejerció como mandatario internacional. Allí aprovechó el auge de la arquitectura neoclásica de ese país y encargó la construcción del palacio al arquitecto francés Luoise Marie Henri Sortais.

Según el historiador Eduardo Lazzari, la idea del edificio surgió en una reunión informal entre José C.Paz, su hijo Ezequiel Paz y Julio Argentino Roca. Paz no ocultó sus aspiraciones presidenciales, incluso manifestó la idea de ser el presidente del centenario para 1906. “Una Argentina que daba la imagen de un nuevo mundo para el exterior merecía una residencia presidencial de semejante magnitud donde se pudieran recibir a embajadores y presidentes”, afirmó.

Sin embargo, las posibilidades de que el creador del diario La Prensa se postule como presidente se diluyeron. Ese lugar fue ocupado por Manuel Quintana hasta su muerte en 1906, luego asumió el entonces vicepresidente José Figueroa Alcorta, que estuvo al frente de los festejos del centenario de la independencia. Según comentó Lazzari, la familia de Paz no perdonó esa indiferencia y Roca nunca más fue nombrado por el diario hasta el día de su muerte.

Aires parisinos

La concepción del Palacio Paz y su diseño fueron pensados directamente en Francia por el arquitecto Henri Sorteais que nunca viajó a Argentina y murió antes de que se viera la obra plasmada. El estilo que definió al edificio es el beux-arts que tiene en París su mayor desarrollo.

Presenta la fachada de un edificio de enormes proporciones, ocupa toda una manzana frente a la plaza San Martín y se asemeja al Palacio Chantily.

El gran hall de honor se destaca por su arquitectura francesa neoclásica y presenta mármol casi en la totalidad de la construcción.
El gran hall de honor se destaca por su arquitectura francesa neoclásica y presenta mármol casi en la totalidad de la construcción.

En detalle, el sitio presenta un pórtico de hierro y bronce, el hall de entrada es de mármol con un estilo barroco donde se encuentra uno de los sables del general San Martín. Las escalinatas también son de mármol.

Los interiores se caracterizan por tener una mezcla de estilos: neogótico los dos grandes comedores, y la gran galería contiene particularidades del renacimiento. La gran sala de baile se asemeja al salón de los espejos en el palacio de Versalles. Por otro lado, también se destaca la sala de música, similar al Salón Dorado de la Legislatura porteña.

Cuando un invitado especial llegaba a la mansión, el mayordomo lo anunciaba en voz alta y los familiares bajaban por las escalinatas para recibirlo. El hall y los salones del palacio sirvieron para espectáculos artísticos entre los que se destacó la participación de la soprano portuguesa y esposa de Marcelo T. de Alvear, Regina Pacini, impulsora de la Casa del Teatro.

Las escalinatas son parte importante la historia del palacio, por donde la familia Paz bajaba para recibir invitados. En la actualidad conecta con uno de los restaurantes que se encuentran en el edificio.
Las escalinatas son parte importante la historia del palacio, por donde la familia Paz bajaba para recibir invitados. En la actualidad conecta con uno de los restaurantes que se encuentran en el edificio.

La muerte de Paz

La obra tardó 14 años en construirse y José C. Paz, no llegó a verla culminada ya que falleció dos años antes en 1912, en Montecarlo, Mónaco. En ese momento sus herederos se hicieron cargo de la mansión y decidieron usarla como residencia familiar.

La residencia cuenta con 12.500 metros cuadrados y 140 ambientes. Sin embargo, solo fue habitada por muy poco tiempo por nueve personas pertenecientes a la familia Paz, entre los que se encontraba la viuda Zemilda Díaz y sus hijos. Además, en la parte superior de la casa vivían 70 sirvientes.

La familia no pudo mantener el edificio por el costo que demandaba. En 1938 fue vendida al Estado Nacional y pasó a ser sede del círculo militar. Allí se crearon la Biblioteca Nacional militar y el Museo de Armas, funciones que desempeña en la actualidad.

En el gran hall de honor, se exhibe uno de los sables que uso el General San Martín en batalla que forma parte del museo del círculo militar.
En el gran hall de honor, se exhibe uno de los sables que uso el General San Martín en batalla que forma parte del museo del círculo militar.

Actualidad del palacio

El 21 de junio de 2014, el Poder Ejecutivo Nacional -a través del decreto 1150-2014- declaró monumento histórico nacional al Palacio Paz.

En la actualidad, el recinto tiene las puertas abiertas para quien lo quiera conocer mediante visitas guiadas o, simplemente, dar un paseo y recorrer su interior. La acústica del hall, como de sus salas, permite que se organicen espectáculos de música y funciones de ópera regularmente. 

A pesar de su historia frustrada, como la posible residencia presidencial que no fue y que su creador nunca llegó a ver, el palacio es una de las joyas arquitectónicas de la Buenos Aires de principios del siglo XX y un reflejo de la sociedad política de aquellos tiempos, donde resaltaba la importancia de los medios de comunicación en papel como el diario La Prensa. Actualmente también es un reflejo de la ciudad que buscó su identidad en la arquitectura europea.