Casas baratas: el primer plan de viviendas obreras
A principios del Siglo XX hubo un gran déficit habitacional y una suba del costo de vida debido al creciente aumento de la población. Para paliar esta situación, desde el Estado se desarrollaron complejos que, además de ser accesibles, solían disponer de habitaciones amplias y espacios comunes.
En la Ciudad de Buenos Aires existen barrios que reflejan gran parte de la historia argentina, desde su conformación como Estado Nación hasta la herencia y fusión de los grupos de inmigrantes con la historia criolla. Sin embargo, la crisis habitacional siempre fue un problema.
En 1915, a través de una iniciativa del Congreso, se creó la Comisión Nacional de Casas Baratas. Esta medida -amparada en la Ley 9.677- tenía el objetivo de terminar con el déficit habitacional y el hacinamiento en que vivían los trabajadores en los conventillos de La Boca y San Telmo.
Este fue el primer plan de viviendas sociales que existió en el país y sentó un precedente para el acceso al hogar de los trabajadores.
Masiva llegada de inmigrantes y crisis de alquileres
A partir de 1862, cuando comenzó la “Organización Nacional”, surgieron varios pensadores de la vida política argentina, como Juan Bautista Alberdi y Domingo Faustino Sarmiento, que proponían atraer a inmigrantes europeos con el fin de imitar la industrialización creciente que se daba en Reino Unido y en el Norte de Europa.
Hacia fines del Siglo XIX, Argentina era un país muy poco poblado en el que predominaba la cultura criolla. Siendo la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires los lugares más habitados con aproximadamente 500 mil habitantes. Pero el resto del país se caracterizaba por estar despoblado, dando una cifra total de 7.885.237 personas en suelo argentino.
Sarmiento fue el primer promotor de la inmigración, luego lo sucedieron Nicolás Avellaneda y Julio Argentino Roca, fomentando la llegada de capitales desde Reino Unido y mano de obra, principalmente desde Italia y España. La Campaña del Desierto hizo que las tierras habitadas por pueblos originarios fueran repartidas a pocos terratenientes que explotaron la actividad agrícola y ganadera, haciendo que el país se destacara por la exportación de lana de ovejas y cuero, hasta que finalmente se empezaron a asentar los primeros frigoríficos ingleses.
En los primeros años del Siglo XX se promovió la inmigración europea a través de una “promesa” por parte de las autoridades: los migrantes serían dueños de sus propias tierras. Sin embargo, esto no sucedía ya que eran alojados por cinco días en el Hotel de los Inmigrantes y luego iban a parar a los conventillos, sin un contrato y todo de palabra, algo que ocasionó que, progresivamente, el costo de vida vaya subiendo y los salarios se queden planchados, haciendo que el alquiler sea imposible de pagar para las familias que venían de Europa en esa época.
A partir de 1900, inmigrantes de distintas corrientes socialistas y anarquistas comenzaron a organizarse en la “liga contra los alquileres”, ya que muchas veces vivían hasta 10 personas en un mismo cuarto. En 1906, luego de una prolongada suba de impuestos que se trasladó a los alquileres, se declaró en huelga el primer conventillo ubicado en la calle Ituzaingó, en el barrio de La Boca, ya que los costos de las habitaciones en alquiler eran todavía más elevados que en París y Londres, según registros de la época.
Luego, en 1907, se organizó la llamada “huelga de inquilinos”, una protesta masiva en mil conventillos de Buenos Aires donde los habitantes se negaron a pagar los alquileres solicitando una rebaja. Ante esta situación, las autoridades comandadas por el jefe de policía Ramón Falcón respondieron con una fuerte represión que ocasionó heridos y muertos, entre los que se encontraba el joven anarquista de 14 años Miguel Pepe. Posteriormente, Falcón sería asesinado en 1909 por el militante anarquista ucraniano Simón Radowitsky.
Una solución para el déficit habitacional
Luego de la situación insostenible que se dio por el crecimiento exponencial de la población y el déficit habitacional, se debatió en pos de una solución que permita a los trabajadores, principalmente del sector industrial en crecimiento, tener un espacio para asentarse dentro de la Ciudad, en casas de renta propiedad del Estado Nacional.
Es así que se creó la Comisión Nacional de Casas Baratas, un órgano que constituyó algunas de las famosas viviendas colectivas, las cuales consistían en departamentos que dieran a un patio común o barrios donde se construyeran casas de una misma tipología. La Comisión funcionó solo en la Ciudad de Buenos Aires, ya que cada provincia abordó la problemática de la vivienda de formas diferentes.
La Ley 9677 fue sancionada en 1915 y los primeros proyectos fueron la Casa Colectiva Valentín Alsina, sobre la avenida Caseros, frente al Parque de los Patricios en 1919 y el Barrio Cafferata, en 1921, en honor al diputado conservador que impulsó la iniciativa, Juan Félix Cafferata.
El complejo de edificios en Parque Patricios constaba de departamentos de amplios ambientes que daban a un patio en común, caracterizándose por su calidad constructiva y por contar con servicios de correo y portería. Por otro lado, en el barrio Cafferata, ubicado en Parque Chacabuco, se buscó construir casas de ladrillo con techo de tejas, también con varios ambientes y una amplitud poco vista para las propiedades actuales. El barrio se caracteriza por ser circular y contar con una escuela pública en el centro.
El tercer proyecto, la Casa Colectiva Bernardino Rivadavia se inauguró en 1927 y se ubica en la histórica calle Defensa del barrio de San Telmo. Los créditos fueron otorgados a los obreros por el Banco Hipotecario y se establecía un precio de renta, que una vez finalizado pasaba a ser propiedad de la familia.
Dos estilos contrapuestos y un vecino ilustre
Muchos lugares de Buenos Aires tienen una larga historia para contar y es el caso del barrio Parque Rawson en Agronomía. Fue inaugurado en 1934 y se destaca por su estilo de casas con techos de tejas y por sus viviendas colectivas, en el triángulo del barrio, que se caracterizan por sus amplios ambientes, siendo todos departamentos de 4 o 5 ambientes que dan a un Parque. Es un lugar que fuera de ser casas baratas, hoy son muy codiciadas para el que busca tranquilidad e historia.
El barrio Rawson se caracterizó por tener un vecino ilustre, el famoso escritor nacido en Bélgica, Julio Cortázar. El barrio cuenta con una placa de homenaje del Gobierno de la Ciudad; con una rayuela pintada, representando la mayor obra del artista; y un lugar de intercambio de libros, entre los que visitan el lugar. Se dice que ese fue el lugar que inspiró su obra más importante y alguno de sus cuentos, también teniendo en cuenta que lleva su nombre y un bar, el único negocio del barrio, que se llama Rayuela.
Por otro lado en el barrio de San Telmo, se dejaba de lado las construcciones de casas de tejas y se recurría al estilo racionalista, en el proyecto Casa Colectiva América, organizado en edificios en tres bloques alrededor de un parque sobre la avenida San Juan.
Este estilo rivalizaba en la época con el de casas tradicionales y se caracterizaba por la altura de los edificios, aunque también estaba rodeado por un parque en común con árboles y juegos para los niños que disfrutaban los vecinos.
El fin de una etapa y evolución de la vivienda social
Desde 1915 en adelante, la Comisión Nacional de Casas Baratas representó un plan exitoso para el acceso de la vivienda de los trabajadores durante casi 30 años, pasando a formar parte -en 1943- de la Secretaría de Previsión y Trabajo. En la gestión de Juan Domingo Perón, al frente de la secretaría se construyeron las últimas viviendas del plan en el barrio Martín Rodríguez, en La Boca, frente al Riachuelo. Este proyecto, como otros anteriores, se caracterizó por ser de un estilo racionalista, más moderno, como se comenzaron a construir los departamentos en esa época. En 1944, la Comisión fue disuelta y reemplazada por la Administración Nacional de Vivienda durante su presidencia.
Sin dudas, esta comisión sentó los precedentes del acceso a la vivienda en esa época y fue reemplazada por el plan quinquenal en el peronismo y distintos planes de vivienda que mantuvieron esa lógica durante las décadas posteriores.
La crisis habitacional sigue estando presente en la Ciudad. Actualmente se presenta una situación similar a la que se vivió durante la segunda década del siglo XX, ya que el incremento de los alquileres es marcado y no se logra paliar la situación.